Actualizado 25/12/2006 20:31

Crónica Internacional.- El Papa denuncia la persistencia de hambre y pobreza en un mundo de "abundancia y consumismo"

- Hace un llamamiento en favor de los niños que sufren en todo el mundo durante la 'Misa del Gallo'

MADRID, 25 Dic. (OTR/PRESS) -

El Papa Benedicto XVI aprovechó hoy su tradicional mensaje 'Urbi et Orbi' para denunciar que el hombre "se muere todavía de hambre y sed, de enfermedad y pobreza en este tiempo de abundancia y de consumismo desenfrenado". Asimismo, hizo un llamamiento a la resolución de los conflictos que asolan el mundo, en especial en Oriente Próximo y Africa. Anoche durante la tradicional misa del Gallo realizó un llamamiento en favor de todos los niños del mundo que son víctimas de abusos y que carecen de sustento y amor durante estas fiestas navideñas.

El Santo Padre aseguraba hoy desde la Ciudad del Vaticano que el hombre del siglo XXI, "productor entusiasta de éxitos indiscutibles" parece no necesitar "un Salvador". Sin embargo, agregó, "no es así", ya que el hombre "se muere todavía de hambre y de sed, de enfermedad y de pobreza en este tiempo de abundancia y de consumismo desenfrenado".

"¿Cómo no darse cuenta de que, precisamente desde el fondo de esta humanidad placentera y desesperada, surge una desgarradora petición de ayuda?", se preguntó el Pontífice, que pronunció su mensaje desde el balcón que da a la Plaza de San Pedro, abarrotada de fieles. Hoy, día de Navidad, añadió el Papa, "nuestro Salvador ha nacido en el mundo, porque sabe que lo necesitamos".

"A pesar de tantas formas de progreso, el ser humano es el mismo de siempre: una libertad tensa entre bien y mal, entre vida y muerte" y "es precisamente en su intimidad, en lo que la Biblia llama el 'corazón', donde siempre necesita ser salvado", explicó el Santo Padre, para quien "en la época actual postmoderna necesita quizás aún más un 'Salvador', porque la sociedad en la que vive se ha vuelto más compleja y se han hecho más insidiosas las amenazas para su integridad personal y moral".

LLAMAMIENTOS A LA PAZ

"En este día de fiesta, pienso con gran preocupación en la región de Oriente Próximo, probada por numerosos y graves conflictos, y espero que se abra a una perspectiva de paz justa y duradera, respetando los derechos inalienables de los pueblos que la habitan", afirmó el Pontífice. "Confío al divino Niño de Belén los indicios de una reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos que hemos observado estos días, así como la esperanza de ulteriores hechos reconfortantes", agregó.

Asimismo, expresó su confianza en que "después de tantas víctimas, destrucciones e incertidumbres, reviva y progrese un Líbano democrático, abierto a los demás, en diálogo con las culturas y las religiones" y hizo "un llamamiento a los que tienen en sus manos el destino de Irak, para que cese la feroz violencia que ensangrienta el país y se asegure una existencia normal a todos sus habitantes".

Además, invocó a Dios para que en el caso de Sri Lanka, "en las partes en lucha, se escuche el anhelo de las poblaciones de un porvenir de fraternidad y solidaridad"; "para que en Darfur y en toda África se ponga fin a los conflictos fraticidas, cicatricen pronto las heridas abiertas en la carne de ese continente y se consoliden los procesos de reconciliación, democracia y desarrollo".

Por último, hizo especial hincapié en que Cristo, "nuestro Salvador, ha nacido para todos". "Tenemos que proclamarlo no sólo con las palabras, sino también con toda nuestra vida, dando al mundo el testimonio de comunidades unidas y abiertas, en las que reina la hermandad y el perdón, la acogida y el servicio recíproco, la verdad, la justicia y el amor", añadió.

ORACION POR LOS NIÑOS

Durante la homilía de la tradicional Misa del Gallo, Benedicto XVI tuvo un especial recuerdo para los niños que sufren en todo el mundo. El Papa aseguró que Dios enseña a "amar a los pequeños, a amar a los débiles, a respetar a los niños". Por ello pidió una oración para que "el brillo del amor de Dios" cubra a todos estos niños que tanto necesitan que su dignidad sea respetada.

Al celebrar el nacimiento de niño Jesús indicó que "el niño de Belén dirige nuestra mirada hacia todos los niños que sufren y son explotados en el mundo, tanto los nacidos como los no nacidos. Hacia los niños que, como soldados, son introducidos en un mundo de violencia", a los que deben mendigar, sufren miseria y hambre, a los "carentes de todo amor".

En este contexto el Papa pidió orar para que los hombres hagan todo lo que esté en su mano "para que se respete la dignidad de los niños; que nazca para todos la luz del amor, de la que el hombre tiene más necesidad que las cosas materiales necesarias para vivir".

En una basílica de San Pedro llena de fieles, el Papa indicó que Dios "pide nuestro amor, por eso se hace niño", y agregó que "se ha hecho pequeño para que nosotros pudiéramos comprenderlo, acogerlo, amarlo". "A través de ese amor, aprendemos espontáneamente a entrar en sus sentimientos, en su pensamiento y en su voluntad: aprendemos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad de la renuncia, que es parte esencial del amor", aseguraba el Pontifice desde la ciudad del Vaticano.

La tradicional Misa del Gallo comenzó con el anuncio del nacimiento del Señor con la lectura del antiguo texto de las "Kalendas" y durante la ceremonia un grupo de niños realizó un homenaje floral ante una imagen del Niño Jesús.

Benedicto XVI afirmó que entre los regalos que se compran y reciben en Navidad no hay que olvidar el verdadero regalo: "darnos mutuamente algo de nosotros mismos. Darnos mutuamente nuestro tiempo" Los regalos en Navidad, recordó, no deben hacerse sólo a quienes a su vez los hacen, sino también a "los que nadie hace regalos ni pueden darte nada a cambio".

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