- Belgrado queda libre de tener que afrontar miles de millones en indemnizaciones por el asesinato de 8.000 musulmanes bosnios en 1995
LA HAYA/MADRID, 26 Feb. (OTR/PRESS) -
Han pasado 14 años desde que Bosnia-Herzegovina presentara una demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) para denunciar la campaña de limpieza étnica que se estaba produciendo en la ahora extinguida República Federal de Yugoslavia. Srebrenica se convirtió en el símbolo de esa denuncia dos años después, cuando fueron asesinados 8.000 hombres y niños musulmanes por tropas serbo-bosnias. Hoy, la Corte de La Haya emitió su resolución: aunque la matanza de la ciudad bosnia fue un genocidio en toda regla, según el Tribunal, no puede responsabilizarse a Serbia de aquella masacre de julio de 1995. Belgrado queda si libre de hacer frente a un coste de miles de millones en indemnizaciones.
Aquel verano de hace doce años, los paramilitares serbo-bosnios entraron en Srebrenica con el general Ratko Mladic al frente y apoyados por los paramilitares griegos. La ciudad, que se había convertido durante la guerra de los Balcanes en un enclave bosnio rodeado de serbio-bosnios, estaba protegido en aquel momento por un pequeño contingente de cascos azules holandeses, que se replegaron con la entrada de las tropas. Una vez capturada Srebrenica, las fuerzas ocupantes deportaron a más de 20.000 personas y asesinaron, a las afueras de la ciudad, a 8.000 hombres y niños musulmanes.
Aquella matanza se convirtió en la escenificación más descarnada de la denuncia que ante el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU había presentado en marzo de 1993 Bosnia-Herzegovina. Con ella, el Gobierno bosnio pretendía, por un lado, demostrar que en la ahora extinguida República Federal Yugoslava se estaba produciendo una campaña de limpieza étnica auspiciada por Belgrado y, por otro, que se le pagarán compensaciones y la restitución de propiedades a las víctimas y al Estado, lo que implicaba un desembolso de billones de dólares por parte de Serbia, a quien culpaba directamente de los hechos.
Sin embargo, la Corte de La Haya, tras 13 años de dilaciones, dictaminó hoy que no puede culparse a Serbia por los hechos de Srebrenica u otras matanzas cometidas por los paramilitares serbio-bosnios, pues las autoridades yugoslavas o el propio Ejército de la República Federal no participaron en los mismos. En larga declaración leída por la máxima instancia judicial de la ONU, Rossalyn Higgins, sí que se reparten reproches para Belgrado, pues, si bien no podía saber que los paramilitares planificaban una limpieza étnica, no hizo nada por evitarla.
DESTRUCCIÓN DE UN TODO O UNA PARTE
"Los actos cometidos en Srebrenica fueron cometidos con la específica intención de destruir en parte el grupo de musulmanes de Bosnia-Herzegovina; fueron actos de genocidio", reza la resolución del Tribunal Internacional de La Haya, en su primer dictamen en virtud de la Convención contra el Genocidio de 1948 que emite en sus 72 años de historia. De hecho, dicha Convención no había sido probada hasta el día de hoy, dado la dificultad de demostrar "el intento deliberado de destruir en parte o en todo, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso" que se establece en ella.
En su demanda, Bosnia alegó que el Gobierno de Slobodan Milosevic -por aquel entonces presidente de Serbia y, posteriormente, presidente de la República Yugoslava- armó, financió e impulsó esa campaña de limpieza étnica con el objetivo de crear la 'Gran Serbia' que había prometido. Por su parte, Belgrado afirmaba que no fue responsable de las acciones de los grupos paramilitares serbio-bosnios, que se trataba de una guerra entre grupos étnicos y que no hubo ningún intento de destruir a la población bosnio-musulmana, ni en su totalidad, ni en parte, dos términos clave en la Convención de 1948.
El caso resuelto hoy ha sido seguido con gran pasión en Bosnia-Herzegovina y Serbia, y era la primera vez que una nación entera se enfrentaba a una denuncia por genocidio. En la sentencia, la Corte Internacional rechazó los argumentos de Serbia de que el TIJ no tenía competencia para juzgar el caso, señalando que este país debe cumplir también la Convención contra el Genocidio. Además, se remarcó que Serbia, tras la escisión de Montenegro el año pasado, sería la única responsable de estos hechos por haber asumido "la identidad legal" de la antigua Yugoslavia.