- Bhutto, recién liberada de su arresto, reitera sus intenciones de trabajar para crear una alternativa de unidad en la oposición
ISLAMABAD, 16 Nov. (OTR/PRESS) -
Pakistán tiene desde hoy un nuevo Gobierno, después de que terminase el mandato del anterior y a la espera de las próximas elecciones de principios de enero. Sin embargo, y pese a que las tensiones en las calles son patentes y el estado de excepción sigue en vigor, para el presidente, Pervez Musharraf, se trata de la "transición más tranquila" entre ejecutivos. Una opinión que no comparte la líder opositora Benazir Bhutto, que recién liberada de su arresto domiciliario repitió las demandas mantenidas durante estas semanas: dimisión para Musharraf y comienzo de conversaciones con otros partidos de la oposición para ofrecer un Gobierno alternativo de unidad.
El nuevo Gobierno, encabezado como era previsible por Mohammadmian Soomro como primer ministro, prestó hoy juramento escuchando una intervención del presidente marcada por el llamamiento de continuidad. "Insto al gabinete en su corta vida que continúe con las políticas que estaba llevando a cabo el Gobierno saliente", afirmó en su discurso, confiando en que la situación política no varíe en absoluto hasta que las elecciones parlamentaria de enero fijen un gabinete a más largo plazo.
Musharraf calificó este cambio de gabinete como "la transición más tranquila" en la historia de Pakistán, alabándose por introducir la esencia de la democracia en el país, pese a que actualmente está en vigor un decreto de estado de excepción que mantiene en jaque a todo un pueblo. "He introducido la verdadera democracia, las asambleas han completado sus mandatos, hemos tenidos dos veces elecciones locales, a la Asamblea Nacional, al Senado y a las asambleas provinciales", se congratuló Musharraf.
Sin embargo, desde la comunidad internacional se cree que quedan demasiadas cosas por mejorar, como lo demuestra la significativa visita del vicesecretario de Estado norteamericano, John Negroponte, quien representa a uno de los tradicionales de Pakistán, pero que discrepa de las últimas medidas presidenciales.
Negroponte aterrizaba hoy en Pakistán para presionar a Musharraf a que levante el estado de emergencia, ya que, tras esta medida, el proceso democrático ha "descarrilado". A juicio del dirigente estadounidense, Pakistán debería retomar la buena senda "tan pronto como sea posible".
BHUTTO NO SE RINDE
El oficial de policía Zahid Abbas confirmó la retirada de la "orden de detención" que Bhutto sufría desde el martes, aunque seguirá habiendo seguridad sobre ella "para su propia protección", en previsión de que los radicales islamistas puedan volver a atentar después de que a la vuelta del exilio de la ex primera ministra provocasen 145 muertes durante su masiva recepción.
Una vez liberada, Bhutto repitió en rueda de prensa lo que llevaba expresando días atrás a los medios de comunicación a través del teléfono. En este sentido, volvió a pedir la retirada de Musharraf para abrir paso a la democratización. "¿Queremos negar a esta nación su liderazgo legítimo y abrir paso a las fuerzas extremistas?", criticó la opositora, en referencia a la labor ejercida por el partido presidencial.
Y es que, para Bhutto, "cuando hay democracia hay crecimiento". Para lograr este objetivo, la dirigente aspira a formar un Gobierno interino alternativo en el que tengan presencia todas las voces de la oposición, aunque reconoce lo "duro" de su nueva tarea, que inciden también en los últimos cambios de Bhutto, quien llegó a Pakistán sin cerrar la puerta a una alianza con Musharraf, aunque ahora descarta completamente este supuesto.