ISLAMABAD, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
La muerte violenta de la ex primera ministra paquistaní y líder opositora Benazir Bhutto despertó la condena unánime de la comunidad internacional y dentro del país asiático. En medio de la conmoción social por el magnicidio, el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, llamó a la calma y mostró su condena "en los términos más firmes", al tiempo que instó a la población a luchar contra la lacra del terrorismo. Sin embargo, el ex primer ministro Nawaz Sharif, que también lamentó muy de cerca la muerte de su rival y amiga, acusó al Gobierno de no haber adoptado "las medidas necesarias" para garantizar la protección de Bhutto, pese a que ésta se encontraba bajo amenaza y ya había sobrevivido a un atentado contra ella nada más volver del exilio en octubre.
Musharraf condenó "en los términos más firmes posibles el ataque terrorista que ha resultado en la trágica muerte de Benazir Bhutto y otros muchos paquistaníes inocentes", según informaciones de la agencia 'APP' recogidas por Otr/press. Así se refirió el presidente paquistaní, contra quien gritaron hoy los partidarios de Bhutto, al fallecimiento de una de sus rivales políticas, y con la que se llegó incluso a barajar una posible coalición de cara a los comicios parlamentarios del 8 de enero. En este sentido, instó "al pueblo a la calma para hacer frente a esta tragedia y dolor con una renovada resolución para continuar la lucha contra el terrorismo".
El presidente convocó inmediatamente una reunión de emergencia de alto nivel en su residencia en Rawalpindi, localidad en que se produjeron los hechos, antes de decretar tres días de luto oficial. A este encuentro también estaba llamado el primer ministro, Mohammadmian Soomro, quien expresó en una nota sus condolencias por la masacre.
Por su parte, el ex primer ministro paquistaní y líder de la Liga Musulmana de Pakistán, Nawaz Sharif, lamentó "una tragedia no sólo para su partido, sino para nuestro partido y para todo el país". En una entrevista a la cadena británica 'BBC', Sharif señaló que es "algo que era impensable para todos los paquistaníes", en referencia a la muerte de una "rival política" con la que Sharif guardaba una estrecha relación en su lucha común frente a Musharraf. De hecho, se desplazó hoy al hospital de Rawalpindi y vio el "cuerpo muerto" de la líder del PPP, con quien había hablado por última vez el martes, coincidiendo con el cumpleaños de Sharif.
CRÍTICAS AL GOBIERNO
"Había información en algunos diarios de que algunas personas estaban amenazadas por elementos extremistas y entre ellos estaba de Bhutto y el mío propio", recordó Sharif para criticar al Ejecutivo, que "debería haber tomado medidas para proteger a Benazir Bhutto, pero hubo un fallo en la seguridad que se le estaba dando". En este sentido, el ex primer ministro señaló directamente a Musharraf por "poner en peligro al país".
Sharif aludió también a las próximas elecciones, a las que Bhutto ya no acudirá y en las que "quizá ninguno debería participar". De hecho, defendió que tanto su partido como el PPP deberían sentarse y analizar la situación para adoptar una postura conjunta al respecto. En cualquier caso, Sharif no podrá participar al haberle denegado la Comisión Electoral su inclusión por tener cargos pendientes por corrupción.
EL MUNDO, CONSTERNADO
Pero no sólo en Pakistán se acogió con tristeza la muerte de una firme defensora de la democratización. Desde todo el planeta se mostró pesar por el fallecimiento de Bhutto, como hizo el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien tachó el incidente de "cobarde" y cometido por "extremistas asesinos". "Los que hayan cometido este crimen deben ser llevados ante la justicia", apuntó. "Estamos junto al pueblo de Pakistán en su lucha contra las fuerzas del terror y el extremismo", señaló Bush, al tiempo que instó a mantener el recuerdo de la ex primera ministra "continuando con el proceso democrático para el que lucho tan valientemente y dio su vida".
En Moscú, el enviado especial del presidente Putin para la cooperación internacional contra el terrorismo, Anatoly Safonov, expresó sus temores de que la muerte de Bhutto provoque una violenta repercusión. "La ya inestable situación en Pakistán podría ser más exacerbada por este poderoso nuevo factor", dijo Safonov a la agencia Interfax. Por su parte, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, remitió un telegrama a Musharraf para condenar "l salvaje atentado terrorista" y señalar su "determinación de cooperar estrechamente con Pakistán en la consolidación de la democracia y la erradicación del terrorismo".
Un metodo similar fue el utilizado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien recibió con "indignación" la noticia de la "desaparición brutal" de Bhutto. "Condeno este acto odioso con la mayor firmeza", añadió el dirigente galo en su declaración, subrayando que "el terrorismo y la violencia no tienen lugar en el debate democrático y en la lucha de las ideas y los programas". A su juicio, Bhutto "paga con su vida su compromiso al servicio de sus conciudadanos y de la vida política en Pakistán".
El jefe de Gobierno de Italia, Romano Prodi, expresó su "dolor y el de todo su gabinete por la trágica desaparición de Benazir Bhutto, una mujer que quiso combatir hasta el final su lucha con una sola arma, la del diálogo y la confrontación política". En este sentido, Prodi expresó su condena contra "la ciega furia del terrorismo que ha llevado una vez más sangre y dolor a Pakistán, una tierra ya martirizada en demasiadas ocasiones por el fanatismo". "El difícil camino hacia la paz y la democracia de aquella región no debe interrumpirse y el sacrificio de Bhutto debe ser el ejemplo más fuerte para no rendirse ante el terrorismo", añadió.
El primer ministro británico, Gordon Brown, consideró hoy "un día triste para la democracia" y pidió que no se permita que los "terroristas" que mataron a la líder opositora "asesinen la democracia en Pakistán". "Este es un día triste para la democracia, es una hora trágica para Pakistán", afirmó Brown en un comunicado, transmitiendo sus "condolencias" por su muerte y la del resto de personas que fallecieron en el atentado.
Desde Berlín, la canciller alemana Germa Angela Merkel dijo que "este cobarde ataque terrorista también ha sido dirigdo contra la estabilidad y el proceso democrático en Pakistán". El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, condenó en los términos más enérgicos el asesinato "atroz" de la ex primera ministra paquistaní, al tiempo que reclamó que los autores del mismo sean llevados ante la justicia "lo antes posible". En un comunicado, Ban consideró que el asesinato de Bhutto representa un asalto a la estabilidad y a los procesos democráticos de Pakistán, por lo que pidió que los responsables sean llevados ante la justicia lo antes posible.
Desde un país más cercano a Pakistán y tradicional rival, el primer ministro indio, Manmohan Singh, subrayó su conmoción por el asesinato de Bhutto, que consideró un "recordatorio" de los peligros comunes a los que se enfrenta en subcontinente indio, "por los actos cobardes de terrorismo y de la necesidad de erradicar esta peligrosa amenaza", según recogió la agencia PTI.
El presidente de la también vecina Afganistán, Hamid Karzai, que se encontró con Bhutto solo horas antes de su muerte en Islamabad, declaró que se encontraba "profundamente afectado" por el asesinato de "una valiente hermana nuestra, una valiente hija del mundo musulmán". "Sacrificó su vida por el bien de su país y de la región. Encontré en ella esta mañana un montón de amor y deseo de paz en Afganistán, por la prosperiodad en Afaganistán y en Pakistán".