Actualizado 24/11/2006 01:00

Curri Valenzuela.- Somos violentos

MADRID 24 Nov. (OTR/PRESS) -

Eramos un país de bocazas, con muchos hombres bravucones que dirimían sus diferencias a gritos en un bar y mujeres que hacían lo propio de una punta a otra del patio de vecinos. Y en algún momento comenzamos a volvernos tan violentos como los protagonistas de los seriales que nos hemos hartado de ver por televisión. Hasta el punto de que la violencia en lugares tan cotidianos como el hogar o la escuela se están convirtiendo en plagas para las que los expertos buscan solución.

Dos cifras ilustrativas que se han dado a conocer en las últimas horas: El año pasado se presentaron en las comisarías españolas 83.000 denuncias de mujeres contra sus parejas por malos tratos. Otra: uno de cada cinco maestros se siente quemado por las frecuentes amenazas físicas y verbales de sus alumnos.

Mañana se celebra el Día Mundial de los Malos Tratos contra las Mujeres y la geografía española se llenará de actos reivindicativos, mensajes en forma de vídeos, marchas contra una plaga que, para nuestro consuelo, tiene carácter mundial: los malos tratos son la principal causa de muerte para las mujeres de entre 15 y 45 años, por encima del cáncer y los accidentes de tráfico. Pero el consuelo no resiste la estadística de que, según reconoce el Gobierno, casi dos millones de españolas sufren de este mal en forma de abusos físicos o psíquicos (muchas veces los dos) a manos de sus maridos o parejas. La Ley Integral aprobada por el Ejecutivo hace un año no ha servido para mucho, ya que el número de mujeres asesinadas se ha incrementado notablemente desde entonces en nuestro país. Seguramente se invierte poco y no se ha dotado a la Ley de medios como los juzgados especiales que se prometieron. Pero hay que reconocer que no podemos permitirnos medidas de protección ante una avalancha de 83.000 denuncias. ¿Hay presupuesto nacional que permita la creación de 83.000 nuevos policías para proteger a esas mujeres?

La violencia en las escuelas tiene la misma raíz en la agresividad presente en nuestra sociedad y en la permisividad instalada en muchas familias. Si tu padre pega a tu madre, ¿por qué no vas a pegar tú a tus compañeros de colegio? Y también es cierto que la violencia de alumno contra maestro se ha incrementado al calor de leyes educativas que prohíben el castigo a los estudiantes conflictivos. La decisión de los fiscales catalanes de considerar delitos y no faltas las agresiones a los maestros pueden servir de alguna ayuda. Pero como ni leyes ni otros inventos se están revelando eficaces no estaría de mas que mañana observáramos el Día de la Violencia de Género con una reflexión sobre qué podemos hacer cada uno de nosotros para erradicar las agresiones de nuestras casas, nuestra escuelas y nuestras vidas.

Curri Valenzuela.

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