Actualizado 08/07/2007 02:00

Curri Valenzuela.- A veinticuatro grados

MADRID 8 Jul. (OTR/PRESS) -

Zapatero ha quitado a sus ministros mas inútiles, ha lavado la cara de su Gobierno y, ¡será casualidad!, ha decidido que todos ellos pasarán el verano a 24 grados, la temperatura mínima a la que podrán colocar el termostato de sus aires acondicionados por aquello de dar ejemplo a la ciudadanía de cómo contribuir a paliar los perversos efectos del cambio climático.

Medidas tan aparentemente dispares como la de la remodelación del Gabinete y la de la temperatura forman parte de un todo, un paquete de maquillaje que incluye unos nuevos polvos sueltos con color para dar al rostro un aspecto más veraniego y una barra de labios con brillo, que es lo que se lleva esta temporada. Porque en realidad, ninguno de los ministros recién nombrados podría aportar, aunque quisiera y le dejaran, alguna iniciativa política de mínima envergadura para cambiar el rumbo del Gobierno Zapatero en algún área de importancia, como tampoco se van a reducir las emisiones de CO2 que España lanza a la atmósfera porque los aires acondicionados de los ministerios se suban un par de grados.

Ninguno de los cuatro ministerios afectados por los cambios -Sanidad, Cultura, Administraciones Públicas y Vivienda- tiene competencias reales, ya que las cuatro materias están transferidas a las Comunidades Autónomas, así que lo único que Zapatero puede lograr con esta remodelación es que los españoles que vayan a las urnas dentro de ocho meses se olviden antes de las antipáticas prohibiciones de la ministra Salgado, relegada a un departamento donde apenas tendrá motivos para comparecer en público, de la capacidad de la ministra Calvo para enfrentar a la vez productores, actores y exhibidores de cine, o de la manifiesta incompetencia de la ministra Trujillo para ni si quiera aparentar que estaba tratando de solucionar el problema de la Vivienda.

A malos tiempos, nuevas caras, y siempre gobernando a base de golpes de efecto, lo que parece constituir el lema que mejor resume la actuación de Zapatero, hacía necesario también algo etéreo que sirviera para justificar esa constante declaración presidencial, tan repetida en los últimos meses, de que España tiene que empezar a cumplir con lo que firmó en los acuerdos de Kyoto en los que se comprometió a reducir sus emisiones de gas contaminante. Claro que tendría que hacerlo, pero con una serie de medidas aplicables sobre la contaminación industrial y la del tráfico automovilístico en las ciudades que Zapatero no tiene intención de poner en práctica cuando se acercan unas elecciones. Por ello se suma al carro de las reivindicaciones ecologistas y adopta una medida, la de los 24 grados, que resume muy bien su manera de gobernar: mucho marketing y muy poca sustancia.

Curri Valenzuela

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