Actualizado 15/11/2007 01:00

Fermín Bocos.- Cancha para el fascismo

MADRID 15 Nov. (OTR/PRESS) -

En España, la extrema derecha política es residual -en las elecciones del 2004 obtuvo menos de treinta mil votos- pero si algunos medios de comunicación se empeñan en exagerar el tamaño de las repercusiones sociales de sus actos, acabará creciendo. Es de libro.

En términos históricos, el fascismo de hechuras clásicas está desacreditado ante la opinión pública, pero algunos de sus señas políticas -la violencia de corte xenófobo, los postulados racistas ante la inmigración, las propuestas autoritarias para zanjar el incremento de la delincuencia- encuentran cierto eco entre las clases populares urbanas de la Europa industrial y masificada. Lo hemos visto en Holanda.

En Francia, bajo la presidencia del socialista François Mitterand, el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen experimentó un auge extraordinario. Está estudiado el papel que los medios de comunicación jugaron en el proceso. Los dirigentes conservadores denunciaron en su día las "facilidades" que encontraban los "lepenistas" para llegar a los hogares franceses a través de los medios afines al Gobierno de Mitterand; creían que detrás de todo aquello había una voluntad política interesada en fomentar la división del electorado tradicional de la derecha. Francia es Francia, y España es otra cosa -aquí, casi cuarenta años de franquismo operan a modo de vacuna respecto de las pulsiones políticas autoritarias- pero, ya digo, hay medios de comunicación empeñados en ampliar el eco del fascismo local. Un curioso fenómeno que quizá encuentre explicación en la inminencia de unas elecciones generales de pronóstico incierto.

Fermín Bocos.

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