Actualizado 01/11/2006 01:00

Fermín Bocos.- Gobierno nacionalista

MADRID 1 Nov. (OTR/PRESS) -

¿Quién va a gobernar en Cataluña durante los próximos años? La primera impresión es que el 1-N, ningún partido va a obtener los 68 escaños o más que permiten gobernar en solitario sin necesidad de allegar apoyos parlamentarios.

Todas la encuestas sitúan en cabeza a CiU cuyo candidato a la Generalitat, Artur Mas, parece llamado en esta ocasión a desempeñar un papel central en el escenario. El PSC parece que sólo aspira a obtener los escaños suficientes como para intentar reeditar el "tripartito". Sería el sueño de Montilla con pleno conocimiento de que ésa posibilidad pone de los nervios a Rodríguez Zapatero. Para nadie es un secreto que el presidente del Gobierno prefiere a Artur Mas en la Generalitat. En La Moncloa se habla más de "sociovergencia" que en la sede del PSC de la calle Nicaragua en Barcelona. Incluso se ha llegado a especular con la posibilidad de un gobierno de coalición CiU-PSC en el que Mas podría ser el "president" y Antoni Castells (actual "conseller" socialista de Economía), "conseller primer". Ni que decir tiene que a Montilla la ecuación no le hace ninguna gracia. Ni a Montilla ni a quienes en el seno del PSC todavía se reclaman socialistas.

Así las cosas, podría suceder que aunque las encuestas apuntan que ERC puede perder dos o tres escaños, Carod Rovira volviera a tener en sus manos la llave de la gobernación de Cataluña. Si así fuera, tengo para mí que ésta vez no le haría ascos a un pacto a la "vasca" con Convergencia; un pacto a la manera del que durante dos legislaturas les ha permitido al PNV y a EA repartirse el pastel en Euskadi. Desde luego, el desarrollo de las nueva y en muchos casos exclusivas competencias del Estatuto -en el que tanto empeño ha puesto Zapatero- encontrarían la palanca ideal para "hacer país". En fin, esperemos a ver qué dicen los electores... si es que se animan a votar. Porque esa es otra, conocido lo que ocurrió en el referéndum del "Estatut", una parte del electorado podría pasar factura evidenciando su hartazgo por la política seguida por los actuales dirigentes de los partidos que se hacen llamar de izquierdas pero no han querido o sabido marcar distancias con los nacionalistas.

Fermín Bocos.

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