Actualizado 05/12/2012 13:00

Fermín Bocos.- Las líneas rojas.

MADRID 5 Dic. (OTR/PRESS) -

Contamos los días por noticias y no hay una buena. La penúltima nos llega de Bruselas y desemboca en la indignación: el 19,5 por ciento de los españoles -alrededor de nueve millones de personas- se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. La cifra se eleva hasta el 25,2 por ciento entre los mayores de 65 años. Según Eurostat, España está entre los países de la UE con mayor número de personas en riesgo de exclusión social. En Francia, en Holanda y en Eslovaquia la tasa de población en riesgo se sitúa en el 11 por ciento y en poco más del 8 en la República Checa. Solo Rumania, Bulgaria y Lituania están peor que nosotros. ¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí?

Sin duda, uno de los desencadenantes de esta auténtica tragedia social es el elevadísimo nivel de paro -el número de desempleados supera los cinco millones y medio-; en las últimas horas hemos conocido una nueva subida de la cifra de parados. Pero no es el único factor. Hay otras causas. La más inmediata es el recorte de subsidios sociales y últimamente, también, el de las pensiones.

El Gobierno Rajoy se ha saltado todas las líneas rojas incumpliendo algunos de sus compromisos electorales más importantes. Ha subido todos los impuestos (IVA, IRPF, etc), le ha recortado el sueldo a los funcionarios y lo último y más grave: ha rebajado las pensiones incumpliendo el mandato del Pacto de Toledo. Ese es el panorama al que nos asomamos. Por eso, cada vez que escuchamos a los dirigentes políticos sentenciar que le pase lo que le pase a la gente lo esencial es el cumplimiento del objetivo de déficit uno echa de menos una palabra dicha a favor de los excluidos; de todos aquellos que sin ser responsables de la burbuja financiera que alumbró la crisis son las víctimas que están pagando los excesos y la codicia de otros. El problema no es que el ciudadano Mariano Rajoy se haya saltado todas las líneas rojas que él mismo se marcó antes de acceder a La Moncloa, lo inquietante, a mi modo de ver, es su falta de cercanía respecto de las personas que sufren las consecuencias de las decisiones que toma el Gobierno que preside.

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