MADRID, 5 Mar. (OTR/PRESS) -
Lo que son las cosas: la cabeza de Montilla puede ser el precio político que tendría que pagar Zapatero para que Patxi López pueda ser "lehendakari". Me explico. Hasta ahora, ZP está gobernando con el apoyo parlamentario del PNV. Ese apoyo quebrará -Erkoreka ya ha dado un aviso en esa dirección- sí López "insiste en desalojar" a Ibarretxe de Ajuria Enea. Así las cosas, el presidente ya habla a sus próximos de un posible pacto con Convergencia y Unión.
El pequeño detalle que podría dejar el proyecto en el telar -y a ZP colgado del alambre- es que los dirigentes de la coalición catalanista no se fían del inquilino de La Moncloa. Recuerdan que dejó tirado a Artur Mas cuando, tras negociar -a la baja- el Estatuto, incumplió un acuerdo que debía haber permitido a Mas (cabeza de la lista más votada) ser presidente de la "Generalitat". Fue Montilla, en alianza con Carod Rovira, quien se cruzó en el camino y, desde entonces, las relaciones con el PSOE son tensas. Desde CiU mandan un mensaje muy claro: si el Gobierno quiere su apoyo parlamentario les tiene que entregar la cabeza de Montilla.
Me dicen mis fuentes que Zapatero no tendría inconveniente, aunque la cuestión plantea dos problemas: el primero es que Montilla no está por la labor; el otro es que si ZP fuerza la máquina, el PSC, con su veintena de diputados, podría formar Grupo Parlamentario propio en el Congreso. A Zapatero se le juntan los problemas.
Andalucía
