Actualizado 07/11/2006 01:00

Fermín Bocos.- El plante de Montilla

MADRID 7 Nov. (OTR/PRESS) -

La dirección del PSC le ha plantado cara a Zapatero y van a reeditar el "tripartito" pactando de nuevo con la misma Esquerra Republicana a la que echaron del Gobierno de la Generalidad por pedir la abstención en el referéndum del "Estatut". José Montilla será el nuevo inquilino del Palau de Sant Jordi a cambio de nombrar a Carod Rovira vicepresidente del Gobierno de la "Generalitat". Artur Mas, el ganador de las elecciones, se va a quedar, otra vez, con las ganas de ocupar el sillón en el que durante 22 años se sentó Jordi Pujol.

Para alguien a quien tan sobrado se le ha visto durante la campaña, el palo supone algo más que una cura de humildad. La etapa que se inicia tiene un aire "gramsciano". El Estatuto aprobado por los pelos en referéndum -la participación fue inferior al 50%- coloca a Cataluña en la cota de autogobierno más alta de toda su historia con resortes políticos inéditos y recursos económicos copiosos: 5 billones de pesetas de presupuesto a disposición del nuevo Gobierno que presidirá un ciudadano nacido en la provincia de Córdoba y al que acompañará un vicepresidente que quiere y reclama la independencia de Cataluña respecto de España. En la oposición estará CiU, la fuerza más votada en las elecciones del día de Todos los Santos. Artur Mas había pactado con Rodríguez Zapatero que aceptaría los recortes del proyecto de Estatuto que llegó a Madrid a cambio de que el PSC le apoyará a él en Barcelona para ser presidente de la "Generalitat". Zapatero se fue al Uruguay encargando a Rubalcaba una misión imposible: convencer a Montilla para que aceptara inmolarse a favor de Mas en aras de la estabilidad parlamentaria del actual Gobierno de España.

Zapatero quería una alianza estratégica con CiU para lo que queda de legislatura y para la próxima. Le ha salido mal la jugada. Montilla -que es más listo y tenaz de lo que sus enemigos predican- ha acelerado las negociaciones para no dar margen a las presiones. La última que aceptaron los dirigentes del PSC fue la defenestración de Pasqual Maragall, quien, por cierto, anda de viaje por Senegal y debe estar desternillándose a la vista de cómo ruedan las cosas en Barcelona. Zapatero se ha equivocado: no quería a Carod Rovira y ahora le va a tener que tragar por partida doble. Más aún: tendrá que pasarle la mano por el lomo si quiere tener el apoyo de ERC en el Congreso porque desde CiU ya le han dicho que no cuenten con ellos. Gran estratega, el mozo.

Fermín Bocos.

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