Actualizado 25/10/2006 02:00

Fermín Bocos.- Los ratones ciegos

MADRID 25 Oct. (OTR/PRESS) -

Hasta la creación de la Unión Europea, la historia de Europa fue la historia de naciones en continua disputa por la hegemonía; naciones que fomentaban rencillas estimulando revueltas internas o procuraban la debilidad del vecino. Con la Unión Europea las cosas han cambiado; aunque con limitaciones, es la primera vez en la historia del continente en la que hay un Parlamento común. Así las cosas, cualquier asunto tratado en la Eurocámara, en puridad, no debería ser considerado como algo ajeno. Plantear una cuestión en Estrasburgo no es "internacionalizarla". Técnicamente hablando, no lo es. En términos políticos, depende cómo se mire.

Ante el debate de mañana en el que los socialistas piden a los restantes grupos que respalden los contactos entre el Gobierno español y la banda terrorista ETA -lo que de manera tan abreviada como eufemística hemos dado en denominar "proceso de paz"-, la opinión pública española comparece dividida. Hay quien cree que Rodríguez Zapatero hace bien buscando apoyos fuera y hay quien coincide con Rajoy, partidario, como se sabe, de lavar los trapos sucios en casa. En este asunto de las negociaciones con ETA, la verdad es que los dirigentes del PP han pasado de no decir ni pío cuando Aznar hablaba de "Movimiento Vasco de Liberación", a protestar por todo.

Agotada la estrategia del "ácido bórico" han optado por concentrar toda la artillería apuntando hacia los flancos más descubiertos de la negociación emprendida por Zapatero. Por ejemplo, el de la incierta voluntad de los terroristas en abandonar, de verdad, las armas, como podría deducirse del robo de doscientas pistolas perpetrado ayer en Francia por un comando de la banda. La declaración de Estrasburgo supone otro flanco. Porque aunque Zapatero ha hecho lo mismo que hizo en su día Tony Blair en relación con el IRA, la diferencia es que la iniciativa Blair llegó a Estrasburgo con el apoyo de los conservadores y la de Zapatero no. La ventaja que ofrece España es siempre la misma: aquí no necesitamos enemigos que nos pongan zancadillas, nos bastamos nosotros solitos. Es la triste historia de los ratones ciegos que se muerden entre si mientras otros se quedan con el queso.

Fermín Bocos.

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