¡Menuda chufa!

La chufa, el minúsculo y sabroso tubérculo de reconocida prosapia valenciana, se ha colado en la crónica política nacional. Hasta el lejano Níger fue la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega y allí se retrató junto a un gigantón negro rodeado de mujeres-niñas que para pasmo retrospectivo de la "vice" resultaron ser, no las hijas, si no las esposas del amo de la plantación de chufas, el negrazo que tiene por socio a un español, valenciano él, por más señas.

En Níger, país de mayoría musulmana, la poligamia es normal, ¿Es que no lo sabían en La Moncloa? ¿Es que en el departamento de viajes de la "Alianza de civilizaciones" ignoran que los seguidores ortodoxos del Islam, entre otras, tienen ésta medieval costumbre? A la vista está que la documentación histórica y sociológica no es su fuerte. Algo así, desde luego, no les habría pasado a sus compañeros del PSC que gobiernan en la "Generalitat de Catalunya". Ellos, ante la duda, lo documentan todo. Hasta la chufa.

Sin ir más lejos, Joaquim Llena, conseller de Agricultura, Pesca y Ganadería, encargó hace unos meses un informe sobre el "manejo y cultivo de la chufa". Dado el importe cobrado por el autor de semejante estudio -11.965 euros-, seguro que amén de la lista de grandes productores de chufa aportaba alguna pista sobre sus costumbres matrimoniales.

De haberlo leído (como sí lo está haciendo la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, con éste y otros 1.583 "informes fantasma" encargados por diversas consejerías por un importe total de ¡32 millones de euros¡) seguro que la señora Fernández de la Vega se habría ahorrado la "chufa" que se pegó con la dichosa foto.

Fermín Bocos