MADRID 25 Ene. (OTR/PRESS) -
Estamos ante una especie de gran recta final de una carrera hacia las urnas que empezó, en realidad, allá por mediados de marzo de 2004. Sigo pensando que se registra un emocionante 'sprint' por parte de los dos principales contendientes, y que ninguno le sacará demasiados cuerpos de ventaja al otro. Claro, eso no vamos a verlo hasta la noche del 9 de marzo. Pero, por si acaso, conviene desde ahora ir sacando la bola de cristal y predecir algunas de las cosas que pueden ocurrir en esa noche emocionante.
Descartando desde ahora la posibilidad de que socialistas o 'populares' obtengan una mayoría absoluta o siquiera suficiente, estas son las hipótesis que pienso que conviene tener en cuenta:
-Gana el PSOE por cinco o hasta diez escaños de diferencia: las tentaciones serán múltiples. Zapatero tendrá que atar en corto las aspiraciones de los socialistas catalanes y resistir las presiones de Montilla para repetir el pacto de legislatura no escrito que ha estado vigente en los últimos cuatro años. Un pacto según el cual los nacionalistas y los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya gozaban de un poder de decisión de hecho sobre los asuntos nacionales bastante mayor del que por número de votos y escaños les correspondería. Los 'extraños compañeros de cama' es algo que, aseguran, Zapatero no quiere tener a su lado en el período que viene.
Surge entonces la posibilidad de un acuerdo de legislatura, en temas concretos de Estado, con el Partido Popular. En un intento de incitar al voto, Zapatero ahora lo rechaza de plano. Pero puede que no le quede, a la vista de la indudable presión social en este sentido, otro remedio que afrontar esta vía, a la vista de que ni con ERC, ni con 'este' PNV sin Imaz, ni con 'esta' Convergencia Democrática de Catalunya, que se siente estafada por La Moncloa, se pueden afrontar los grandes retos que afectan a la reforma constitucional y de la normativa electoral, al afianzamiento de la Corona, a una política exterior y antiterrorista consensuadas, etc.
Hay que tener en cuenta que las posibilidades de los socialistas de pactar con otras fuerzas, desde Izquierda Unida hasta algunos escaños del Grupo Mixto, son mayores que las que tiene el PP (Nafarroa Bai, Bloque Galego, Chunta, Eusko Alkartasuna...).
-Gana el PP por cinco o hasta diez escaños de diferencia: Se refuerza la línea vencedora tras la 'crisis Gallardón'. Pero inmediatamente Rajoy tenderá la mano al PSOE para llegar a esos acuerdos puntuales a los que me refería en el párrafo anterior. No llegará, obviamente, hasta el punto de sugerir un gobierno de gran coalición, a la alemana, que a estas alturas se presenta altamente improbable. Y ello, pese a que no es visto con malos ojos por una mayoría de la población, siempre y cuando se respeten los derechos de los nacionalistas y no se pretenda perpetuar un bipartidismo que no responde a la realidad sociológica y política de la nación.
Tanto si gana uno como otro de los dos grandes partidos nacionales, se abrirían, en todo caso, negociaciones iniciales con las fuerzas nacionalistas y menores. En el caso del PP, parece clara la posibilidad de tender la mano a Coalición Canaria y, si fuese posible, a algunos diputados de Unió Democrática de Catalunya, la 'socia siempre inestable' de Convergencia. También podría contar, con menores probabilidades, con el voto favorable a la investidura de Rajoy de la 'Unión, Progreso y Democracia' de Rosa Díez, en el caso de que logre una representación que, hoy por hoy, no garantizan los sondeos.
-Pierde el PSOE por cinco o hasta diez escaños: las consecuencias internas se harían esperar, dado que Zapatero es, ahora, un líder indiscutible en el partido. Pero se abrirían grietas con el PSC y se revisaría a fondo la trayectoria de la legislatura que termina, y en cuyo tramo final Zapatero ha emprendido, de todos modos, un giro considerable a algunas de sus políticas, como la antiterrorista: hace apenas unos meses, dicho sea como ejemplo, el presidente aún proclamaba la imposibilidad y la inconveniencia de ilegalizar a ANV, mientras que ahora...
-Pierde el PP por cinco o hasta diez escaños: podría abrirse una inmediata pelea por la sucesión de Rajoy si el actual líder de la oposición optase por tirar la toalla. En todo caso, se abriría un proceso de profunda reflexión en el partido, que inevitablemente tendería a 'centrarse', prescindiendo de algunos 'clásicos', como Eduardo Zaplana, y alejando a ciertos apoyos mediáticos que tratan de radicar la línea de la formación conservadora.
Todas ellas son las eventualidades que más se barajan entre los analistas de los dos grandes partidos. Todo indica que la próxima legislatura tendrá, de cualquier forma, un menor protagonismo de los nacionalistas. Y, sin duda, registrará conductas diferentes a las que hemos venido conociendo en este cuatrienio. Lo cual es ya una especulación altamente alentadora. Hay terreno aún para un cierto optimismo.
Fernando Jáuregui.