Actualizado 29/07/2010 14:00

Fernando Jáuregui.- Lamentaciones preagosteñas.

MADRID, 29 Jul. (OTR/PRESS) -

Lo advierto, a este paso, los ácratas van a multiplicarse en este país. O los pasotas, que no es exactamente lo mismo. O los antisistema, suponiendo que lo que ahora se nos impone sea un sistema -por tanto, algo planificado, organizado, y no, como ocurre, improvisado-. Y es que el espectáculo político, cuando llega este fin de curso, se mueve entre el surrealismo, el drama y la comedia, según el humor que tengamos al mirar el panorama.

Por ejemplo, lo de Madrid es de aurora boreal. Los 'casos' Tomás Gómez, en el PSOE, y Manuel Cobo, en el PP, me parecen tremendos: el aparato, los del 'apparatchik', aplastando al individuo; lo políticamente correcto -¿correcto?- imperando sobre la libertad de cada cual.

Lamento que Manuel Cobo, el vicealcalde de Madrid y, por tanto, corresponsable de algunos errores de su jefe Gallardón -qué callado y oculto ha estado el regidor de la Villa en todo este 'affaire'-, se la haya envainado y haya renunciado, porque el aparato se lo ha exigido, a recurrir la sentencia sobre el fangoso caso del espionaje pepero madrileño. Lo curioso es que nadie niega que este espionaje haya existido: simplemente, se trata de pretender que no ha existido.

Lamentaría, igualmente, que el candidato Tomás Gómez acabara achantándose a las presiones de su partido, el PSOE, y renunciase a convocar unas primarias para ver si es él quien se enfrenta, o no, a la 'popular' Esperanza Aguirre para presidir la Comunidad de Madrid. Que una cosa es que sea un manta, como van pregonando, en susurros, algunos de sus compañeros de partido, empezando por José Blanco, y otra, que sea un cobarde. En este caso, lo curioso es que todos dicen que hay mejores candidatos, pero nadie aporta nombres alternativos.

Lamento también que ese cordobés taimado que estudia catalán por las noches y dificulta el uso del español por el día, José Montilla, aficionado a los toros antaño y su feroz perseguidor hogaño, haya consumado su dislate, apoyando en el Parlament la prohibición de las corridas. Es su segundo disparate, tras encabezar aquella manifestación independentista de hace dos semanas en Barcelona. ¿Es este el socialista internacionalista, el federalista convencido? Menudo ejemplar político... Y lo curioso (y lo peor) es que alguien, en Cataluña, al leer este comentario, tratará de engañarse diciendo que es un texto anticatalán.

Y por seguir con las lamentaciones preagosteñas: lamento que nada menos que una reforma laboral se tramite en las Cortes en dos días, aprisa y corriendo, para que Sus Señorías puedan irse de vacaciones. Una reforma, pienso, bastante chapucera, hecha un poco a tontas y a locas, como todo el mundo, incluyendo los diputados que la tramitan, reconoce.

En fin, podría alargar la lista de ejemplos 'ad infinitum'. Pero seguramente no es necesario ni tendría espacio para recoger aquí el delirio cotidiano: si los españoles dicen en las encuestas que los políticos son el tercer problema nacional, tras la situación económica y el paro (que viene a ser lo mismo), por algo será. El hartazgo empieza ya a ser infinito. Y, para volver a donde comenzaba, lo de los ácratas, un día de estos empezaremos a escuchar gritos de 'viva Bakunin', pronunciados por gentes hartas de esta conducción del Estado. Y uno, que siempre se ha sentido defensor de este Estado, acabará hasta comprendiéndolos. Ya digo: país.