Actualizado 31/08/2011 14:00

Fernando Jáuregui.- No te va a gustar.- ...pues a mí me ha alegrado la noticia

MADRID, 31 Ago. (OTR/PRESS) -

Cuando nada menos que una reforma constitucional sale adelante por una mayoría de trescientos dieciocho diputados frente a dieciséis 'noes', máxime en un país cainita y poco dado al consenso, es que o la reforma es buena o que la necesidad aprieta.

A mí me parece que la ambigua reforma del artículo 135 de la Constitución no es ni buena ni mala: sus efectos van a tardar en percibirse, si es que se perciben, porque el gasto autonómico hay que frenarlo por vías más expeditivas y mediante un consenso como el que, afortunadamente, ya ha empezado a darse entre el PSOE gobernante y el PP que gobernará.

Lo que sí parece que era esta reforma, destinada a limitar el déficit, o a dar la sensación a los mercados de que se quiere limitar por todos los medios, es obligada. Usted no va a notar en su vida cotidiana que un artículo de la Carta Magna ha sido modificado. Pero temo que sí lo hubiésemos notado, y cómo, si no se hubiera producido esta modificación u otras que hubiesen implicado una mayor dureza hacia los ciudadanos.

Temo, ay, que cualquiera que hubiese estado gobernando en España, de cualquier partido, se habría visto obligado a ponerse firme ante ciertas llamadas procedentes del exterior, como han tenido que hacerlo incluso los países más poderosos de la UE. Así que ¿a qué tanto jaleo? Seamos pragmáticos y aceptemos lo inevitable, sobre todo cuando lo inevitable también trae consecuencias positivas. Una de ellas, que los dos 'grandes' han entendido, al fin, que tienen que entenderse, ahora y tras las elecciones del 20 de noviembre. Laus Deo.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Cuando la realidad atropella

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Por qué esta Constitución ya no nos sirve (del todo)

Foto del autor

Luis Del Val

Uñas pintadas como obligación

Foto del autor

Julia Navarro

El perdón