MADRID 5 Feb. (OTR/PRESS) -
No hay duda: en las variadas manifestaciones de este sábado hubo una triunfadora indudable, que fue la de Foro de Ermua, AVT y PP. Tan pletóricos y satisfechos estaban sus convocantes y patrocinadores que no dudaron en echar las campanas al vuelo, e interpretar al máximo volumen el himno nacional, reservado, -posdecreto de Aznar precisamente, allí presente-, para los actos nacionales, con Rey o selección nacional de deportes. Himno y centenares de banderas porque Zapatero, el gran rival, estaba siendo arrastrado y pisoteado por los suelos de Madrid. Nadie duda que la del sábado fue una manifestación contra ETA y contra el Gobierno, por igual. Relata un cronista que la llegada e los políticos populares a la manifestación tenía mucho de estreno de cine. Y los columnistas afines han sacado a relucir sus mejores ganas: el pesimismo cunde porque los problemas han comenzado a reproducirse de modo circular en vez de resolverse de modo sucesivo. Otro sostiene que este Gobierno no está por la libertad, sino por la rendición, no quieren derrotar a ETA sino hocicar ante ella. Un tercero argumenta que hace tiempo que el Gobierno decidió orillar a las víctimas para buscar un acercamiento a los verdugos.
De manera que 'La marcha contra el diálogo con ETA' derivó en lo previsible: en un aluvión de ataques a Zapatero por parte de de miles de manifestantes armados con banderas nacionales, donde el grito más coreado fue: Zapatero, dimisión. Por sus pagos bilbaínos andaba el presidente de la Conferencia Episcopal Española pidiendo unidad a los partidos frente al terrorismo, emplazando a los partidos a buscar la paz como objetivo fundamental y exigiendo a la banda que desaparezca sin contrapartidas. Pero sólo acudieron a acompañarle PNV, PSE e IU, -habla un cronista de apenas dos mil personas en total- porque todavía había una tercera marcha: los abertzale reunían a los dirigentes de Batasuna y de Ehak. La cúpula de Batasuna copaba esta marcha organizada por un nuevo movimiento ciudadano, y en la que varios miles de personas secundaron la manifestación por el diálogo y la paz, con representantes de Askatasuna, Etxerat, LAB, EA, Aralar y CCOO. Variedad de ofertas y de sensibilidades, bien claro queda.
En La Vanguardia se da cuenta de otra marcha más, también del Foro y aliados, en la que los concentrados llamaron terrorista y embustero al presidente. Sin llegar a tanto, las consignas que reproduce La Razón sobre lo acontecido en Madrid se parece bastante: Rechazo a la negociación: el gobierno negocia a escondidas. Zapatero nos está engañando a todos. No sabe por dónde nos lleva ni a dónde va. Estamos hartas de este Gobierno y de sus pactos. El PP quiere derrotar a los terroristas sin trampas ni rendiciones.
Los dirigentes políticos ya tenían otras citas distintas, para este mismo sábado: Zapatero seguía 'vendiendo' una marcha económica feliz, con ratios que no mejoran ni en EEUU ni en Japón y con su compromiso de luchar contra la corrupción urbanística. Rajoy también se refería a cuestiones inmobiliarias, para atacar el fenómeno ocupa catalán y a quienes lo justifican como 'elementos antisistema'. Dijo Rajoy que es el colmo de los despropósitos que los gobernantes se declaran antisistema. Y apuntó al Gobierno catalán por crear un clima de impunidad sobre los ocupas. Hablando de gobiernos regionales: Zapatero no dudó en referirse a la 'Teleesperanza': "no existe en ningún país ni Comunidad una manipulación tan grosera como en Telemadrid", aseguró.
José Cavero