MADRID 3 Feb. (OTR/PRESS) -
Esta vez, en la crítica de Aznar no se han salvado ni siquiera los suyos. Se recordará que alguna de sus invectivas anteriores, sobre todo acerca de la organización y funcionamiento del partido, había merecido la réplica de la secretaria general, Dolores de Cospedal. Pues, en esta ocasión, incluso ha habido críticas para ella, por razón de la actitud que ha mantenido sobre el cementerio nuclear. Ha dicho Aznar que los únicos que han estado en su sitio han sido los alcaldes, al pedir el almacén para sus respectivos pueblos...
En realidad, y una vez más, Aznar ha arremetido, sobre todo, contra su sucesor, Rodríguez Zapatero, en la presidencia del Gobierno. La descalificación hacia el actual inquilino de La Moncloa difícilmente podría haber sido más rotunda ni global: Nunca nadie hizo tanto daño en tan poco tiempo como Zapatero, ha proclamado con su mayor énfasis el ex presidente. Y a renglón seguido, ha acusado al PSOE de poner a España en segunda división. "Ha devuelto dramáticamente a España a la segunda división europea", y tendrá que pagar una factura desoladora para salir de al crisis. Aznar acusó al Gobierno socialista de llevar al país hasta "prácticamente el abismo", y ha enumerado los efectos de esta mala gestión: cuatro millones y medio de parados, el 11,4 por 100 de déficit y la pérdida de credibilidad de la economía española en el contexto internacional.
Con una advertencia, a continuación, sobre la recuperación, "que no podrá sustentarse sobre bases tan débiles como un crecimiento insostenible del gasto público, el déficit y la deuda pública". No pasó por alto Aznar la dificultad de financiar la deuda. Hasta de la actual situación demográfica culpó a los gobernantes actuales, cuando preguntó qué se ha hecho en los últimos años para cambiar las tendencias demográficas, tras haber calificado de catástrofe la demografía española... Aznar se mostró, para terminar, partidario de un proceso ordenado y serio de reformas, a diferencia de la improvisación con la que, a su juicio, actúa el Gobierno.
Lo malo de las declaraciones de Aznar, según se comenta en medios socialistas, no sólo es la descalificación total que hace de sus continuadores en el Gobierno, sino las dudas que arroja sobre el futuro: "Hay quien duda de que España pueda financiar su deuda en el futuro", dijo Aznar, tras señalar que la credibilidad de la economía española ha quedado pulverizada. ¿Pretende decir que no será capaz de rehabilitarse y volver a la senda del crecimiento, después de estos dos años de crisis? Diego López Garrido, secretario de Estado para la UE, trataba de rebatir ayer mismo estas apreciaciones de Aznar y ha afirmado que España tiene credibilidad para plantear propuestas. "España tiene toda la credibilidad, la autoridad y la representatividad" para liderar el debate sobre el futuro modelo económico de la UE.
Pero, ya se sabe: Aznar se divierte con sus juicios supremos e inapelables, de los que nadie escapa y que muchos prefieren ya ignorar. Empezando por su propio partido...