Actualizado 04/05/2010 14:00

José Cavero.- Las barbas de los griegos.

MADRID, 4 May. (OTR/PRESS) -

Muchos analistas han echado mano del refrán "cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar" al referirse al rescate financiero del que, finalmente, y tras largas y tensas esperas, se ve beneficiada la economía griega, y de paso, la economía de la eurozona. Es probable que "el parche griego", en efecto, sea un remedio anticipado -"poner la venda antes de que haya herida", diríamos empleando otro refrán-, para las restantes economías de la Zona Euro, entre ellas la española. Pero a nadie resultará gratis esa ayuda que dan los países de la Unión y el FMI. Grecia devolverá esos préstamos, y además, los griegos deberán apretarse el cinturón de un modo que será puesto como modelo a imitar por esos países que tienen problemas parecidos. ¿Aceptarán de buen grado esos sacrificios los griegos? Ya hemos visto en las últimas semanas unas cuantas manifestaciones y movilizaciones en las que muchos ciudadanos se quejaban de antemano de lo que era previsible: un plan de ajuste severo y probablemente durísimo. En nuestro propio país estamos comprobando que cambia el tono de los sindicatos y sus líderes, cuando ven más cerca que los remedios a los problemas económicos afectarán también a los trabajadores y a sus beneficios sociales. Lo mismo que en Grecia...

El rescate griego cuesta 110.000 millones, de los cuales, casi diez mil millones, el 12 por 100, los aportará España. Es un préstamo que se confía que alguna vez Grecia devolverá "religiosamente". La vicepresidenta Elena Salgado ha ponderado que lo importante era dar una señal clara a los mercados, y que así se ha hecho, tras comprobar la firme decisión de las autoridades griegas de aplicar los remedios para salir del marasmo económico que produjeron las anteriores autoridades, los conservadores de Karamanlis, que no sólo se endeudaron "hasta las cejas", sino que además, trampearon las cuentas, como ha denunciado la oficina estadística europea, que ha advertido que el déficit acumulado era mayor del que se había reconocido. A Karamanlis le ha sucedido el socialista Papandreu, a quien ha correspondido la tarea de poner orden en las cuentas, y reducir ese once y pico por ciento de déficit del PIB al 3 tres por 100 de aquí a 2013. Y, ¿qué harán los griegos? Es muy probable que vuelvan a salir a la calle para expresar su protesta, pero no tendrán más remedio que aceptar las recetas que les aplican la UE y el FMI: deberán ahorrar del orden de 30.000 millones en cuatro años; el déficit se irá "desescalando", desde el 13,6 al 8,1 este año y hasta el 2,6 por 100 en 2014. Las rebajas de gasto público harán caer el crecimiento griego un 4 por 100, el doble de lo inicialmente previsto. Y se verán particularmente afectados por las rebajas los funcionarios, cuyos salarios se verán congelados durante tres años.

La mayoría de los empleados públicos perderán el 16 por 100 de sus salarios. Y se eliminarán las pagas número 13 y 14 para quien gane más de tres mil euros; quienes ganen menos de esa cifra, percibirán un bono de mil euros, en esas pagas "extra". También los jubilados perderán esas pagas si la pensión supera los 2.500 euros. La edad mínima de jubilación serán los 60 años, se reformarán las pensiones para aumentar la edad de jubilación y se ampliará el período de cómputo. El IVA ascenderá dos puntos, hasta el 23 por 100, y también crecerán los impuestos sobre el tabaco, el alcohol y los combustibles. Además, se crea una tasa especial a las empresas con grandes beneficios. Y el Estado venderá o reducirá su presencia en empresas públicas o semipúblicas, además de proceder a la liberalización de los sectores de la energía y del transporte. Muchas de estas decisiones -edad de jubilación, venta o reducción de empresas públicas, liberalización de sectores- ya han sido anunciadas en otros países, incluido el nuestro. No hay duda de que, en los tiempos que vienen, nos veremos a menudo en el "espejo griego"...