MADRID, 1 Jul. (OTR/PRESS) -
Comienzan mes y semestre, y con ellos llegan algunas novedades que no podrán resultar gratas a los consumidores: el IVA general pasa del 16 al 18 por ciento y también sube el precio del gas natural, que ha anunciado una subida del 8,1. No subirán, en cambio, las tarifas de la luz, que inicialmente se había anunciado que subirían en torno al 4 por ciento. Las conversaciones de Miguel Sebastián y Cristóbal Montoro sobre una nueva política energética fuerzan a posponer esta elevación del recibo eléctrico. Pero, sobre todo, se temen los efectos que puede tener la repercusión que se haga del nuevo IVA, que muchos expertos entienden que puede convertirse en un mazazo para las clases medias y bajas, y que, en todo caso, es seguro que castigará a las rentas más bajas de pensionistas y asalariados.
Algunos medios informativos han advertido, en vísperas de la subida del IVA, de la conveniencia de anticipar determinadas compras de una cierta relevancia, como las vacaciones de verano, la adquisición de algún electrodoméstico, de un vehículo, o la realización de alguna obra doméstica. Anticipar esos gastos pudo suponer algunos ahorros al consumidor..., a quien, en todo caso, bastará haber reservado un viaje o encargado una obra para, por ejemplo, el mes de agosto, y pagarlo cuando se acuerde con el vendedor. O convencer a su proveedor para que le mantenga el viejo precio, o se verá enfrentado a la necesidad de soportar la subida del Impuesto sobre Valor Añadido.
¿Qué sucederá con la aplicación del "nuevo" IVA aumentado en dos puntos? Algunas marcas comerciales ya han anunciado su propósito de no repercutir los nuevos precios. Otras sí lo harán. De ahí que los técnicos de Hacienda se hayan mostrado prudentes sobre el impacto que tendrá la subida, aunque han juzgado insuficiente e incierto el objetivo estimado por el Gobierno, que calcula que recaudará unos cinco mil millones de euros más, apenas el 5 por ciento de los 110.000 millones de euros del déficit. De esos cinco mil millones, unos tres mil procederán de las grandes empresas y los otros dos mil de las pymes.
En todo caso, otros expertos señalan que la subida del IVA presenta el riesgo de producir un calentamiento de los precios ahora desactivado. Precisamente este martes se daban a conocer los datos del IPC de junio, que se han moderado en tres décimas con relación a mayo, hasta situarse en el 1,5 por ciento en el semestre transcurrido. Es decir, bajan los precios después de tres meses consecutivos de recuperación, debida sobre todo al aumento de los precios del petróleo y sus derivados. No se descarta, sin embargo, que a partir de este primero de julio pudieran empezar a producirse subidas derivadas, precisamente, de los nuevos impuestos, por más que el Gobierno haya expresado su confianza en que la subida del IVA quede absorbida por las empresas y no termine repercutiendo en el consumidor.
No hay duda de que tendremos puntual noticia sobre la repercusión que tendrá en el consumo, en el consumidor e incluso en el empleo, esta subida del IVA que da comienzo este primero de julio.
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