Actualizado 24/10/2006 02:00

José Cavero.- El PP no pacta

MADRID 24 Oct. (OTR/PRESS) -

Nuevamente, el PP de Rajoy, Acebes y Zaplana decide seguir su propia estrategia y negarse a pactar nada con el partido gobernante. No quiso pactar el diálogo con ETA, ni la política de inmigración, ni quiso participar en el consenso del Estatuto catalán, ni siquiera asume el sumario del 11-M, en el que jugó fuertemente en favor de una singular y original tesis, la colaboración de etarras e islamistas en los atentados de los trenes de cercanías... Y este fin de semana ha rechazado otros dos posibles entendimientos, para el debate del Parlamento europeo de Estrasburgo, y para la política contra la corrupción urbanística.

Sencillamente, la argumentación de Rajoy es siempre la misma: Crean un problema y quieren que les ayudemos a resolverlo, proclama desde sus mítines, tanto hablando de las regularizaciones masivas de inmigrantes como sobre el diálogo con ETA o sobre las corrupciones inmobiliarias y urbanísticas. Pretenden dar la impresión de que ellos nunca estuvieron en los comienzos del problema: No hubo regularizaciones masivas, ni inmigrantes irregulares en el Gobierno del PP, ni hubo diálogo con ETA desde ese mismo Gobierno, ni jamás ha habido dirigentes del PP mezclados en operaciones urbanísticas irregulares y 'no santas'.

Ese es lo que proclama don Mariano, con candidez que le honra, pero no puede convencer. Luego, esa política de mantenerse al margen de todo arreglo conjunto, tiene sus propios efectos: el PP suele encontrarse en soledad en casi todas las votaciones parlamentarias. El PP camina en perpetua soledad, por voluntad y vocación de sus propios dirigentes. Y estará en soledad cuando se produzcan las elecciones catalanas, y cuando se establezca la mesa de partidos en Euskadi. La soledad del PP, el no quererse mezclar con nadie más, no se sabe bien adónde habrá de llevarle. Naturalmente, sus dirigentes pretenden caminar en soledad para recuperar el poder.

Total, que en el Parlamento europeo cada cual buscará el apoyo de los suyos y afines: socialistas con verdes y liberales, y el Partido Popular con sus socios del PPE, y a ver quién 'caza' fugas de votos en el debate sobre el fin de ETA. Es seguro que pudo haberse logrado una resolución conjunta sobre ETA, pero hubiera roto los esquemas de la estrategia global que se viene produciendo desde el Pleno del Congreso en el que Zapatero anunció su propósito de negociar las condiciones de paz etarra. Y es seguro que pudo haberse llegado a alguna clase de entendimiento para combatir las corrupciones urbanísticas, pero se prefiere la vía de la confrontación y de la denuncia sistemática del contrario, desde la pretendida inocencia de uno mismo.

José Cavero

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