Actualizado 31/07/2007 02:00

José Cavero.- El proceso en marcha y el varado

MADRID 31 Jul. (OTR/PRESS) -

En materia de ETA, venimos asistiendo a una serie de importantes detenciones de peligrosos elementos, con la lógica satisfacción de los ciudadanos. Los responsables de la seguridad del Estado, sin embargo, insisten en la necesidad de adoptar toda suerte de precauciones y prevenciones, porque cabe esperar que en cualquier momento la banda cometa algún crimen. Una información periodística de este lunes nos cuenta que 'Txeroki', el jefe de los pistoleros, ha ordenado a sus comandos que no tengan prisa en actuar, y que no improvisen para evitar detenciones. Resulta evidente pensar que esta 'zona más dura' de ETA quiere seguir cometiendo atentados, y que lo hará, como decía recientemente el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el momento que pueda.

Esta misma 'zona más dura' de ETA es la que, según nos relata ABC, critica a su cúpula por la gestión del proceso de paz entablado, y roto, por el Gobierno con ETA. De acuerdo con esta información, 'ilustrísimos' etarras como 'Antza', 'Mobutu', 'Kantauri', Iñaki de Rentaría y Olarra Guridi, cuestionan duramente el liderazgo del 'blando' Ternera. La otra cara de ETA. Con esta 'zona blanda' de la banda parece coincidir mucho más el líder de Batasuna, ahora en prisión, Arnando Otegi, que desde su reclusión, y posiblemente con necesidad de protagonismo, emplaza a Zapatero a trabajar sobre lo ya avanzado y retomar el proceso. Otegi, en esta reaparición en escena, insiste en la necesidad de regresar a las mesas de negociaciones en las que él mismo tuvo importante protagonismo.

De manera que nuevamente nos hallamos ante las dos ETAs: La que aparece más blanda y hasta dialogante de Ternera y de Otegi, sin duda coincidentes con algunos etarras presos o cansados de 'lucha armada', incluido el también recluso De Juana, y la ETA de 'Txeroki' y todos esos 'ilustrísimos etarras' anteriormente mencionados y los que de vez en cuando son apresados por las fuerzas del orden, y que de ese modo se ven impedidos de actuar y cumplir sus planes de causar muerte y destrucción.

Lo sorprendente es que convivan esas dos ETAS, y que no termine habiendo alguna clase de escisión o ruptura. No es improbable que 'los blandos' y partidarios de la negociación aspiren a 'convertir' a sus ideas a los más duros, de momento convencidos de la necesidad de continuar combatiendo nada menos que a los Estados de España y de Francia. Tenemos una doble ETA. Pero nos preocupa, en particular, la que se propone seguir atentando y causando muerte y destrucción, como las ocurridas en la Terminal 4 de Barajas, su más reciente demostración de locura.

José Cavero

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