MADRID 10 Jun. (OTR/PRESS) -
Con Manuel Fraga, Jordi Pujol es uno de los políticos más veteranos del escenario español, aunque el ex presidente catalán no ejerce otros métodos de influencia que sus propias declaraciones, artículos o libros. Por ejemplo, en las últimas horas, el ex presidente de la Generalitat catalana se mostró contundente al afirmar que ni el Gobierno ni el presidente español "mandan" en España y avaló que Cataluña debata sobre la independencia, ya que el diálogo con España "está en crisis". "El gobierno español no manda, Zapatero no manda. A ellos les mandan y ellos hacen lo que les dicen. Esto demuestra que la idea de Europa existe. ¿Alguien puede pensar que España hubiera tomado las decisiones que ha tomado si no se lo hubieran mandado desde Europa?", se preguntó. Y respecto al panorama actual de Catalunya, Pujol advirtió que ésta necesita "volver a encontrar el camino" y aseguró que el debate sobre la independencia le parece "lo más normal del mundo". "El camino está ahí y no creo que sea difícil encontrarlo. Tengo una cierta visión de país y tengo confianza en Catalunya. Hay capacidad de liderazgo y sólo falta que sea reconocida. El Parlament debe debatir sobre la independencia. Otra cosa es lo que decida el país. Es perfectamente lógico y normal", indicó. Al preguntarle si le preocupa que los casos del Palau y Pretoria salpiquen su legado, Pujol lo negó de forma tajante.
Sobre la situación actual del Estado español, Pujol afirmó que España está "más desorientada" que Europa y que el país está "mal" porque "ha exagerado más que los otros". "Europa ha estirado más el brazo que la manga, pero España mucho. Ha pasado de ser un país modesto a ser de primera. Se ha pecado de ostentoso, de sacar pecho. Hay que redimensionar las cosas España estará muy por encima de lo que estaba antes, pero nunca pasará a los alemanes" afirmó. En cuanto a Europa, el ex presidente, que se declara un "europeísta convencido", constató que se ha mejorado mucho y que esto no habría sido posible sin la ayuda de los europeos y que "no hay nada de malo en decirlo". "El mejor modelo del mundo es el europeo. Pero después de sesenta años este modelo tiene que cambiar", reconoció.
Respecto al balance de su vida en estos 80 años, Pujol defendió que siempre ha estado "al pie del cañón" y que se ha mantenido fiel a sus principios e ideales "en gran medida". "Las cosas han cambiado mucho, pero en lo esencial me siento igual que cuando tenía 18 años, con mis mismos principios e ideales que, obviamente, han ido cambiando y adaptándose a los tiempos", aclara. "Sí que hay trabajo hecho, pero no todo el que hubiera querido hacer, pero sería muy desagradecido si no estuviera contento, lo que no quiere decir que no haya tenido nubes en mi vida", reconoció.
Pujol afirmó que su manera de hacer no es "a la catalana" y que su vocación siempre ha sido la del "bien común" y que lo primero en su vida siempre es Catalunya. "El sí pero no, no es mi estilo; no soy muy catalán en este aspecto. No sé cuantas veces he mentido en política, no las he contado, pero hay maneras de mentir. Siempre he intentado ser coherente, no siempre lo he sido, pero lo he intentado". En un plano más íntimo, Pujol confesó que en muchos aspectos no tiene un "buen concepto" de sí mismo, aunque siempre ha tratado de que la ética fuera una pieza clave en su vida. "Sí, he tenido un sentido ético en mi vida, aunque yo no me gusto mucho, pero en la vida hay que tener algo de épica, ese esfuerzo, ese sacrificio. La vida es épica, pero la épica también es duda y yo también he dudado", explicó. Por último, Pujol se refirió a Catalunya como su "enamorada", y a su etapa al frente de la Generalitat: "Me he sentido responsable delante del país y de los ciudadanos y he hablado muchas veces en nombre de Catalunya porque era el presidente. Me siento responsable con el sentimiento las personas de Catalunya y de Cataluña", resumió.
Pujol firma hoy un artículo en La Vanguardia titulado "Hoy cumplo ochenta años". "Los cumplo con buena salud, contento con la familia que tengo, con dos nietos más, con muchos amigos... Y con la satisfacción de haber estado siempre al pie del cañón y al servicio de aquello que he amado y en lo que he creído, creo que siempre en coherencia conmigo mismo. Termina diciendo Pujol que no se siente solo y que está contento "porque el camino me ha hecho feliz, porque me siento muy acompañado por los míos y porque me he entregado al relevo, y creo que bien"...