Actualizado 23/04/2010 14:00

José Cavero.- La responsabilidad de la no renovación del TC.

MADRID 23 Abr. (OTR/PRESS) -

Probablemente sorprendió a muchos el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, al reconocer o admitir que "el Tribunal Constitucional y sus miembros no son responsables de que no se haya producido la renovación; somos nosotros los responsables". ¿Quiénes somos nosotros? Parece que se refería al encuentro que mantuvieron el propio Zapatero y Rajoy, hace dos años, para abordar esta cuestión, y cuando el PP propuso a dos candidatos que parecieron inadecuados al PSOE. Dolores de Cospedal ha reprochado estos días a Zapatero que incumpliera aquel acuerdo, y parece haber convencido a Zapatero de su "culpa"...

Lo cierto es que ahora el debate sobre el TC se ha centrado en la conveniencia o exigencia de que se produzca, de una vez, la renovación que debió hacerse ya hace casi cuatro años. Por dos razones: o bien porque se supone que los magistrados "caducos" son próximos o inclinados al PP, como sugiere Montilla, o bien porque unos y otros temen que con esa composición del TC nunca se llegará a una sentencia, ni favorable ni desfavorable. Sencillamente, las posiciones de unos y de otros magistrados son inamovibles y por ello es grande el riesgo de que la situación de bloqueo del TC se mantenga mucho tiempo más...

De ahí que desde el PSOE no se trate de disuadir a Montilla, erigido en defensor a ultranza de esa renovación que inicialmente Zapatero, Rajoy y Blanco entendieron que no era conveniente en este instante. Por ello, y porque los restantes partidos catalanes, exceptuado el PP, están bastante convencidos de que sin renovación no habrá sentencia, o a lo sumo habrá una sentencia que recorte el texto remitido por el Parlament, las Cortes y el pueblo catalán...

Pero a todos parece muy difícil mover ficha, salvo que los propios magistrados del TC, una vez que quede comprobada en los próximos días su inoperancia e imposibilidad de llegar a un entendimiento, decidan tirar la toalla y proponer su relevo. Pero esa es una posibilidad que ni siquiera se contempla. Los magistrados sólo hablan en el salón de plenos o de debates y sus opiniones trascienden muy poco al público. En todo caso, a nadie consta que haya el menor interés de un solo magistrado por ceder en su puesto, por muy "caducado" que esté su mandato. Tampoco hay por qué recordar que el salario de un magistrado del TC es uno de los más elevados del Estado...

¿Qué cabe hacer? De momento, esperar a la nueva sesión de deliberaciones de los magistrados. Y, entre tanto, posiblemente veamos como los partidos catalanes se siguen agitando y como promoverán alguna iniciativa que desestabilice una "tranquilidad" pasmosa y mortífera de sus señorías. Es lo que pretenden Montilla, Mas, Herrera, Ridao. Y, mientras tanto, a Zapatero le corresponde la función de tranquilizar los ánimos de sus propios compañeros de partido, entre otras razones, porque pudieran promover una ruptura siempre indeseable entre los dos bloques que componen el grupo parlamentario, PSOE y PSC. De momento, los partidos catalanes preparan una moción en el Parlament, por cuya virtud se reclamará la renovación del TC mediante la fórmula que se considere más adecuada, y a ser posible eficaz... Ninguna lo será si no parte de los propios magistrados.

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