Actualizado 19/11/2007 01:00

José Cavero.- Las tensiones con Mohamed VI y con Chávez

MADRID 19 Nov. (OTR/PRESS) -

En rigor, hay algo ya de por sí irregular en la consideración de los problemas que han surgido en las últimas semanas con "dos países amigos", como Marruecos y Venezuela. En ambos, de manera coincidente, el problema se centra en el jefe máximo del correspondiente estado, y no tanto con su gobierno o con el Estado mismo. No hay problemas con Marruecos ni con Venezuela, sino con Mohamed VI y Hugo Chávez, y uno y otro personajes han sido quienes han declarado abierta la crisis y quiénes determinarán, cuando así lo decida, el fin del conflicto y el regreso a la vieja amistad.

De hecho, ya se han producido, por parte de Rabat, los primeros movimientos para la recuperación de esa excelente relación de los últimos años, conseguida con esfuerzo considerable. Pero, claro está, será el Rey Mohamed VI quien determine con precisión cuándo, cómo y a qué precio, si lo hubiere, se recuperará esa anterior confianza que entibió el viaje del Rey don Juan Carlos a las plazas de Ceuta y de Melilla. Rabat querría recuperar el diálogo, pero con el compromiso previo de que se hable del futuro de Ceuta y Melilla, algo que no pasa por la cabeza de ningún dirigente político español de nuestro tiempo... La españolidad de las dos ciudades no es siquiera planteable, y muchos menos discutible...

En cuanto a la Venezuela de Chávez, sucederá otro tanto. Chávez indicó en sus declaraciones, sucesivamente, que la invitación del Rey invitándole a callarse, y a escuchar a Zapatero cuando replicaba a los insultos dirigidos por el líder venezolano contra Aznar y contra determinadas empresas españolas, era una anécdota, incidente, un problema... Cabe esperar, de parecida manera, que Hugo Chávez dirigirá sus atenciones prioritarias a otras cuestiones de mayor calado y de mayor urgencia que a hacer más difícil la permanencia en su país de empresas españolas que han efectuado importantes inversiones en su país, y a las que el propio Chávez ya ha tenido la oportunidad de agradecer su presencia en otros tiempos de mayores amabilidades. El programa nuclear de Chávez y su próximo referéndum podrían determinar otras preferencias y prioridades en "la voz incansable de la República bolivariana"...

¿Cómo acabarán ambas tensiones? El gobierno español, desde el primer momento supuso que la cuestión con Marruecos no podría durar demasiado tiempo. Era previsible que Mohamed VI mostrara su enfado, pero en parecida manera a como lo hizo cuando fue desalojada la isla de Perejil: sin problemas ni mayor trascendencia ni efectos. Es más difícil determinar e incluso suponer cómo podría acabar el conflicto con Chávez. En uno y otro caso, parece que habrán de ser las gestiones discretas, las disculpas mutuas por ambas partes, las que habrán de cerrar el capítulo de un mal entendimiento que a nadie beneficia ni complace.

José Cavero.

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