Actualizado 17/12/2006 01:00

José Cavero.- Que trabajen por la paz

MADRID 17 Dic. (OTR/PRESS) -

En los últimos días hemos podido escuchar voces sumamente graves, las de Pernando Barrera, Txema Montero, Otegi, anunciando el final del proceso y el culpable de que pueda terminar aquí, así y ahora una negociación apenas iniciada. El obispo de Bilbao ha sido mucho más "constructivo", al ver el proceso en penumbra, y parece que el mayor optimista sigue siendo Zapatero, porque tampoco halla el mejor apoyo o impulso desde la oposición, que le reitera su invitación a "bajarse de ese burro" y regresar al pacto antiterrorista con el PP. Un pacto, por cierto, que propuso en su día el propio Zapatero y que le costó Dios y ayuda que Aznar y Rajoy lo aceptaran...

Pues bien, en estas tensiones de ahora mismo, y en este diálogo en titulares de periódicos y en mítines públicos, Zapatero y el portavoz Otegi han expuesto a la oposición el estado de cosas. Los batasuno dicen que el proceso no tiene remedio, ni continuidad posible, y el presidente les invita a hacer un esfuerzo y trabajar por la paz. Ni más ni menos. ¿Eso qué quiere decir? A estas alturas, es del todo probable que incluso los máximos opositores al proceso estén convencidos de que Zapatero no ha hecho la mejor cesión ni ha dado la menor ventaja "a la otra parte", contrariamente a lo que fue el discurso de los primeros meses. Ni ha habido cesiones ni siquiera compromisos de que las habrá algún día, en el curso de las conversaciones para que ETA teje de una vez de matar y entierre las armas o las arroje al fuego eterno. Es más, los recientes vídeos de PP y PSOE, y las reacciones batasunas y proetarras han permitido llegar a la conclusión de que Zapatero incluso es muy probable que haya estado mucho más reacio a mostrarse generoso que su antecesor: Ni una sola aproximación de etarras a cárceles vascas, ni liberaciones gratuitas de pesos etarras, contra lo que sucedió en la tregua anterior. ¿Cómo se explica eso? Por la primera condición de las verificaciones de la tal tregua: Ni un solo paso adelante en tanto haya la menor demostración de violencia. Y la sigue habiendo, por la sencilla razón de que los batasunos y restantes proetarras creen que la violencia callejera es su forma de presionar para que la otra parte empiece a ceder.

Cuando se produzcan unas cuantas noches sin lanzamiento de cócteles molotov en localidades vascas habrá regresado la esperanza de que el proceso pudiera empezar a tener virtualidad. Y para que eso se produzca, el propio Otegi lo dijo en alguna ocasión, bastaría con una orden del dirigente batasuno a sus "huestes de la gasolina". Sencillo, pero falta que demuestren voluntad. Con violencia, nada.

José Cavero.

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