MADRID 7 Dic. (OTR/PRESS) -
Durante buena parte del martes fue noticia relevante, y ocasión para los tertulianos "de todo pelaje", la noticia divulgada por Vasco Press en primicia, de que Venezuela daba la nacionalidad, e incluso indemnizaba generosamente, a un grupo de etarras que habían sido expulsados a España. Hoy se sabe que ese grupo de etarras tienen su haber cuarenta o cuarenta y un asesinatos, nada menos. Y se ha sabido que funcionó "a tope" la diplomacia, en Caracas y en Madrid, para echar luz sobre el problema. Finalmente, se asegura que Venezuela ha rectificado sus primeras intenciones y ha dado certezas a España de que no nacionalizará a ningún etarra. Es decir, que da marcha atrás en su acuerdo para indemnizar y nacionalizar a esos indeseables miembros de la banda terrorista allí refugiados. Otros diarios personalizan el asunto, y relatan que el mismísimo Chaves ha sido quien ha rectificado para no conceder la nacionalidad venezolana ni indemnizar a los etarras. Lo cierto, en todo caso, es que el gobierno de Zapatero, con Moratinos en Madrid y Morodo en Canacas, ha conseguido que Hugo Chávez anule el acuerdo para proteger e indemnizar a esos seis etarras, y que ahora se estudia instar a la extradición. O, dicho de otro modo, que el recién reelegido presidente venezolano habría desautorizado el pacto como efecto del escándalo provocado que obligó a reaccionar al gobierno. Se ha recordado, de paso, que desde 2000, más de 60 etarras han viajado de Francia a Venezuela, y que muchos de ellos regresan luego para volver a matar.
¿Asunto felizmente concluido? Ojalá así sea, y no haya, dentro de algún tiempo, alguna nueva rectificación en favor de los falsos "refugiados políticos", y más bien prófugos de la justicia española y de sus cárceles bien repletas de etarras. Pero, en todo caso, ha quedado a la luz, bien visiblemente, primero, que el régimen de Chávez es abiertamente antipático para la opinión conservadora de nuestro propio país. En las horas que se prolongó el episodio ha habido oportunidad para escuchar toda suerte de críticas tanto para Chávez como para Zapatero, y para la buena relación entre ambos.
¿De algún modo el episodio venezolano puede afectar al proceso de paz en marcha? Parece improbable que se le halle alguna relación. Sí puede que tengan interés lo que afirman algunos personajes conocedores de la situación. Por ejemplo, Jonan Fernández, coordinador de Elkarri: Sostiene que "el proceso avanza y no hay marcha atrás. La sociedad vasca está cinco años por delante del proceso". Lo asegura a La Vanguardia. Su vez, Otegi exige a Zapatero cumplir sus compromisos para que Batasuna esté en las elecciones. ¿Legal o ilegalmente?, cabe preguntarse. Otras versiones periodísticas aseguran que Otegi reclama al presidente que altere su situación de ilegalidad, o bien que Otegi exige a Zapatero que respete su compromiso de impunidad e insta al presidente a alterar sustancialmente las condiciones para construir un proceso por la vía de la negociación política... Y tercera frase, la del lendakari Ibarretxe, que pide que la izquierda abertzale esté en las elecciones. De nuevo idéntica duda: ¿Legal o ilegalmente? He ahí la cuestión del momento...
José Cavero.