MADRID 29 Jun. (OTR/PRESS) -
Según un informe de la ONU, España tiene el dudoso honor de haberse convertido en el primer país consumidor de cocaína, y lo peor es que el consumo se ha cuadruplicado en los últimos diez años entre los adolescentes. Algo estamos haciendo mal, vamos, digo yo. Creo que nuestra sociedad disfruta de un régimen de libertades admirable, pero acaso no estamos sabiendo educar a nuestros hijos en la libertad ejercida con responsabilidad.
La tolerancia con el consumo de drogas es total, y los niños y adolescentes no sienten que consumir drogas sea nada extraordinario, nada que les pueda acarrear consecuencias en el presente o en el futuro. Es muy fácil acceder a las drogas, están ahí, en la puerta del colegio, en el parque, en las discotecas y bares, y por más que los padres echemos algún que otro sermón sobre los efectos malvados de la droga, lo cierto es que socialmente no hay un rechazo hacia su consumo, es más, hay quién puede creer que es políticamente incorrecto instar a que se empiece a perseguir su consumo.
Aunque en mi opinión abordar el problema de las drogas no pasa solamente por perseguir a los traficantes y vigilar seriamente los locales donde todo el mundo sabe que se venden estupefacientes. El problema hay que abordarlo cambiando el clima social, concienciando a la sociedad entera de lo que supone el consumo de drogas, hacer que socialmente vuelva a estar mal visto consumirlas. Las cifras ofrecidas por el Ministerio de Sanidad respecto al consumo de drogas, sobre todo cocaína, en nuestro país, pone los pelos de punta.
La ministra Salgado propone dar cursos de formación a los camareros y responsables de los lugares de ocio, para que estén alerta sobre el consumo de drogas en los locales que trabajan, incluso ofrece expedir un certificado que rece "empresa libre de drogas".
Sinceramente no se si esa es o no la solución; sí sé que algo hay que hacer, que no podemos seguir mirando hacia otro lado, que la sociedad entera dede de reaccionar ante este problema. Ya digo que para empezar entre todos deberíamos de conseguir que los adolescentes tengan claro que eso de drogarse no es "guay" ni "guau", que no es moderno, sino algo muy antiguo, y sobre todo que no sean tontos comportándose como conejos de indias consumiendo drogas para engordar las cuentas correintes de los narcotraficantes.
Ya digo que no sé cómo hay que hacerlo, pero si que hay que hacer algo, y urgente. Es una vergüenza que estemos los primeros en la lista de consumo de cocaina.
Julia Navarro.