MADRID 27 Feb. (OTR/PRESS) -
Yo creo que hubo empate en el debate entre Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, o sea que estamos donde estábamos antes del debate. Zapatero, que partía como favorito no logró derrotar a Mariano Rajoy que desde el primer momento dejó claro que no se iba a dejar derrotar. Por lo demás ambos esgrimieron los argumentos que les hemos escuchado a lo largo de la legislatura: las mismas afirmaciones, los mismos reproches, las mismas frases dirigidas a buscar el aplauso de los suyos.
Pero aunque ya digo que hubo empate en este primer combate electoral, el solo hecho de que se haya producido favorece a Mariano Rajoy. Después de la derrota sin paliativos del número dos de Rajoy, Manuel Pizarro, ante el vicepresidente Pedro Solbes, el líder del PP no se podía permitir un traspies, y no lo dio.
No es difícil de augurar que en el próximo debate que se va a celebrar el lunes día 3, ambos contrincantes van a ir a por todas, o sea que no se van a andar con sutilezas. Creo que en algunos momentos Mariano Rajoy conectó con los problemas reales de los ciudadanos de a pie, y que Rodríguez Zapatero estuvo más de lo que le hubiera gustado a él y a sus asesores, a la defensiva. También creo que Zapatero le saca ventaja a Rajoy en cuanto a telegenia y saber estar ante las cámaras de televisión, pero juega en su contra no tener la misma credibilidad después de cuatro años de Gobierno.
El candidato del PP distraía a la audiencia mirando hacia un lado, como si estuviera buscando la mirada o la aprobación de alguien. Aunque tanto en el PSOE como en el PP declararon de inmediato campeón del debate a su líder, lo cierto es que ninguno dio el K.O al otro, por eso creo que en el debate del lunes 3 de marzo ambos saldrán dispuestos a dar a su contrincante el golpe definitivo.
Mi impresión es que ni Zapatero ando sobrado ni Rajoy escaso.