Pedro Calvo Hernando.- El bálsamo de Don Juan Carlos

MADRID 26 Dic. (EUROPA PRESS) -

El mensaje navideño del Rey es un buen ejemplo de mesura y de patriotismo del bueno. Ahí está su apelación a la unidad en los grandes temas de Estado, entre ellos el terrorismo. Lástima que una vez más sus palabras sean interpretadas torcidamente por los dirigentes del PP, que miran para otro lado, como hacen siempre, como hicieron con el discurso del presidente del Congreso de los Diputados el 6 de diciembre, en el acto conmemorativo de la Constitución. Pero lo más inadmisible de todo es ver cómo, a la hora del mensaje navideño, ETA hacía de nuevo de las suyas, por mucho que hubiera avisado de lo de Balmaseda. Atentar siempre es condenable, pero hacerlo en la Nochebuena es un signo además de desesperación y de cierre de todas las salidas humanas. El PP nunca debió dar a ETA la satisfacción de cargar contra el Gobierno también esta vez, también en esta circunstancia. Son estas unas horas en las que hasta el menos entusiasta del Rey Juan Carlos le habrá agradecido su buen sentido, sus palabras balsámicas y su presencia pacificadora en un país con tantos frentes conflictivos abiertos, empezando por la ausencia de un básico entendimiento.

El Gobierno de Zapatero también ha incurrido en unos cuantos errores incomprensibles y en unas contradicciones difícilmente asumibles incluso por sus partidarios. Tal vez por eso ponen tanto énfasis, en estos días finales del año, en esas exhibiciones un tanto triunfalistas con las llegadas del AVE a Valladolid y a Málaga, aunque sea comprensible su deseo de compensar las obscenidades de que han sido víctimas por la historia de las infraestructuras barcelonesas. Ya ha pasado todo y a partir de ahora tendrían todos que concentrarse en perfilar y exponer con claridad y con honestidad sus respectivos programas e intenciones de cara a las elecciones generales del 9 de marzo. Está muy bien lo de los dos debates mano a mano entre Zapatero y Rajoy. Pero estaría mejor que esos encuentros fuesen complementados con debates en los que participen todos los cabezas de cartel de las elecciones, como corresponde a una democracia avanzada y sin ventajismos. En fin, nada más, que es Navidad.

Pedro Calvo Hernando.