Actualizado 06/12/2006 01:00

Pedro Calvo Hernando.- Chávez y la izquierda latinoamericana

MADRID, 6 Dic. (OTR/PRESS) -

La rotunda victoria de Hugo Chávez en Venezuela viene a consolidar la tendencia sostenida a la hegemonía de la izquierda en América Latina, una izquierda diversa y pluriforme, pero izquierda al fin y al cabo, unas veces del gusto o desde la indiferencia de Washington, otras directamente provocadora de la exasperación de George Bush y en ocasiones generadora de inquietud no sólo en USA sino en los centros de dirección de algunas significadas y ultrainfluyentes grandes multinacionales. Sea como sea, el caso es que aquel continente es el adelantado de la reacción vigorosa frente a la otrora dominante filosofía de los ultraliberales o neocons. Hubo unos años en que el pensamiento de éstos parecía que iba a imponerse como un nuevo dogma indiscutible, como un credo que fanatizaba incluso a gentes razonables y pensantes por su cuenta. La derrota de Bush hace un mes ya vino a poner punto final a aquella hegemonía y el triunfo de Chávez viene a subrayarlo. El pensamiento único que durante años inquietó a todo buen demócrata pasó a mejor vida.

Ahora repiten una y otra vez aquellos lugares comunes sobre el populismo del líder venezolano o sus supuestas tendencias totalitarias, o sobre su peculiar lenguaje y sus modos de comunicarse con el pueblo y con el entorno internacional. Es verdad que los modos de Chávez pueden gustar más o pueden gustar menos. Pero hasta Manuel Rosales ha tenido que reconocer la victoria limpia de su adversario, algo que le honra y que ayudará a un mejor entendimiento político en el interior de la República Bolivariana entre el Gobierno y la oposición. La muy probable victoria demócrata en USA en las presidenciales de 2008 facilitará el proceso de distensión, algo muy conveniente y que hasta el propio Raúl Castro parece dispuesto a propiciar. Las relaciones internas y las exteriores tiene que basarse en el respeto mutuo y en el cultivo de las reglas de juego democráticas. Esto último hay que decírselo más fuerte a Raúl Castro que a Hugo Chávez por razones obvias. Pero lo tienen que decir los más legitimados para ello.

Pedro Calvo Hernando.