MADRID, 22 Nov. (OTR/PRESS) -
El Gobierno, por boca de su presidente y del ministro del Interior, ha dejado definitivamente claro que las condiciones para que se desarrolle el proceso de paz son las que vienen poniendo desde el principio y que el PP viene negando también desde el principio. Que tiene que ser en ausencia total de violencia y con la explícita voluntad de ETA de renunciar para siempre al terrorismo. No entra en juego para nada esa exigencia abertzale de negociar la territorialidad y la autodeterminación, ya que lo único que se negocia en el proceso de paz es precisamente el definitivo final de la violencia. Por eso, la kale borroka, el robo de las 350 pistolas (confirmada por Francia la autoría de ETA) o cualquier otra forma de violencia lo que hacen es paralizar o impedir que arranque el desarrollo del proceso de paz. Todo lo demás es palabrería de unos e invenciones de otros. Batasuna puede ser devorada por el tiempo si, por sus recurrentes planteamientos imposibles, no se legaliza a tiempo de concurrir a las elecciones municipales, que es su gran baza.
El PP, principal partido de la oposición, si sigue con sus posiciones insólitas en la historia de la lucha antiterrorista, se quedará fuera de juego si el proceso prospera y comprobará a posteriori que nada de verdad había en sus recurrentes afirmaciones sobre las supuestas cesiones del Gobierno o sobre la supuesta disposición de éste a entrar en el juego etarra de la territorialidad y la autodeterminación. En ese caso, de nada le habría servido toda esta historia y se quedaría por muchos años al margen del protagonismo político y de la posibilidad de ganar unas elecciones generales. Le pasará como con el vídeo de la inseguridad ciudadana, que al final estaba basado en sucesos de cuando ellos mismos gobernaban y en escenas de violencia en Colombia. Se repite la historia de las Azores, de las armas de destrucción masiva, del ácido bórico y de las fantasmales e inexistentes relaciones entre ETA y el 11-M. Demasiadas chapuzas, demasiados fracasos, demasiados fiascos para los pacientes seguidores y votantes del PP.
Pedro Calvo Hernando.
Andalucía
