MADRID 13 Dic. (OTR/PRESS) -
Coinciden en estos días dos hechos que invitan a la reflexión sobre la trascendencia del pasado en la vida presente y en el futuro de todos. Me refiero a la muerte de Augusto Pinochet y al debate parlamentario sobre la Ley de la Memoria Histórica, que tiene lugar este jueves. En Chile han solventado su memoria histórica cuando el dictador todavía vivía. En España, después de más de treinta años de la muerte de nuestro dictador, la Memoria Histórica de los españoles sigue ahí pendiente. En Chile sólo ha faltado que Pinochet pasara por el banquillo y sólo lo ha impedido la avanzada edad y la enfermedad que se lo han llevado por delante. En España ni siquiera se nos dio la oportunidad de pensar en la rendición judicial de cuentas del dictador y de sus cómplices, porque nunca se plantearon así las cosas. ¿Es mejor el modelo español o el chileno? Eso ya poco importa. Pero lo inaudito es que haya quien se opone a que de una vez la Historia sea colocada en su sitio, sin revanchismos de ninguna clase, nunca planteados en el cortito proyecto de ley que se nos ofrece.
Estas consideraciones no tienen por qué poner en entredicho la transición española, que cumplió estupendamente su cometido en su tiempo, pese a los muchos obstáculos que se oponían. Que se lo pregunten a los golpistas del 23-F, por ejemplo. La Transición está ahí y de sus frutos políticos hemos vivido estas décadas. Otras cosa son las injusticias que la Transición no llegó a remediar, como son los contenidos de ese proyecto de ley y otros varios que no figuran en el proyecto gubernamental, cual es la anulación de las sentencias de los tribunales excepcionales y antidemocráticos del franquismo. En todo caso, bienvenidas sean las revisiones morales de los asesinatos y persecuciones de las víctimas del terrorismo de Estado que asoló a nuestro país durante cuarenta años. La justicia histórica exige honrar la memoria de las víctimas de toda clase de terrorismo y de toda especie de tiranía y violación de los derechos humanos. Esta es la oportunidad que habría que aprovechar.
Pedro Calvo Hernando.