Pedro Calvo Hernando.- El Gobierno es quien lo trabaja.

MADRID 13 May. (OTR/PRESS) -

Escuchar al presidente del Gobierno y a la oposición, en el debate parlamentario de la nación, es un ejercicio magnífico de agilidad mental, pues exige un gran esfuerzo para entender cómo ante un plan tan completo y coherente como el ofrecido por Zapatero para ayudar a la salida de la crisis, la respuesta de la oposición sea tan pobre y, en ocasiones, tan cutre. Aquí es el Gobierno el único que está trabajando de verdad y con ahínco por la superación de la crisis y la recuperación de la economía española, en armonía con los esfuerzos de los demás Gobiernos e instancias internacionales. Todo este montaje teatral del debate es un gran despilfarro de tiempo, de medios y de esfuerzos, porque no sirve absolutamente para nada, a no ser para demostrar que una vez más Zapatero ha machacado dialécticamente al líder de la oposición.. Al presidente no se le contesta, especialmente Rajoy, sino simplemente se le maltrata en función de las perentorias necesidades políticas partidistas de cada cual.

Hombre, lo que España necesita y la gente espera, o esperaba, es que todos se coloquen junto al Gobierno en el titánico esfuerzo que requiere la salida de la crisis. Todo lo demás, como es el comportamiento de los otros partidos, las gentes no lo entienden, sobre todo porque estos debates los ven directamente y menos a través de los medios y de las interpretaciones interesadas y tergiversadoras de los adversarios. Como alguien ha destacado en estas horas, luego vienen las encuestas y destruyen en un instante todo ese montaje y muestran que la mayoría de los españoles conecta directamente con el presidente y su Gobierno y pasa por encima de los intermediarios. Como ya comenté aquí, la última encuesta del CIS así lo acredita, porque la mayoría es consciente de lo que yo decía: que aquí es el Gobierno el único que de verdad trabaja contra la crisis, aunque sea duro y triste tener que decirlo así. Esa es la verdad, sin que con ello quiera yo desconocer la multitud y el tamaño de los errores cometidos por el propio Gobierno.