MADRID 7 Jul. (OTR/PRESS) -
Una pequeña remodelación del Gobierno que cumple con las finalidades que el presidente se había propuesto. Demostrar que es un invento idiota eso de que la legislatura se había terminado. Ya lo desmintió en el debate de la nación, y lo ratifica ahora. Nadie hace una crisis si resulta que ya no hay nada que hacer. Claro que hay mucho que hacer, como demostró en el debate y como ratifica ahora con los cambios. Es posible que la salida de las ministras de Vivienda y Cultura fuese una necesidad perentoria, debido a su probada ineficacia. Pero creo que lo hace sobre todo por lo tan repetido de dar un nuevo impulso al último tramo de la legislatura. Es evidente que de modo paralelo ha venido a contestar a la demanda de Rajoy de adelantar las elecciones generales. Nadie cambia el Gobierno si piensa disolver tres o cuatro meses después. El adelanto no se le ha pasado por la imaginación al presidente. Él tiene claro que hay que llegar hasta el final, sobre todo para poder cumplir la totalidad del programa.
La respuesta de Mariano Rajoy a la remodelación ministerial ha sido exactamente la esperada, que es lo peor que se puede decir. En política lo previsible es la negación de la capacidad imaginativa, imprescindible para alguien que aspira a hacer algo trascendente o a llegar a alguna parte reseñable. La dirigencia del PP ha perdido definitivamente los papeles y ahí es donde la necesidad de cambios sería algo imperativo, mucho más que en el Gobierno socialista, que también lo era. El PP y Rajoy han fracasado estrepitosamente en todos sus intentos de socavar al Gobierno: España no se rompe, en el 11-M no hubo más conspiración que la de los autores de la falsa teoría de la idem, Zapatero no se ha rendido a ETA y por ello esa organización ha roto la tregua, Navarra no ha sido vendida a los terroristas, la economía va como un tiro... Todo ha fracasado. En los ocho meses que quedan para las elecciones no hay tiempo para nuevos inventos. El Gobierno ha cometido muchos errores, pero muy poco en comparación con los de Rajoy y el PP. Que Dios reparta suerte.
Pedro Calvo Hernando.