Actualizado 29/10/2006 02:00

Pedro Calvo Hernando.- ¿QUÉ NOS QUEDA?

MADRID 29 Oct. (OTR/PRESS) -

Ha sido una semana altamente negativa para el proceso de paz. Por un lado, el debate del Parlamento europeo, del que salió una votación que mostraba escandalosamente la división provocada por el PP dentro de España y en el ámbito europeo. Tal división era la peor receta para aliñar un proceso de paz que se ve que son muchos los que no lo quieren. Pero tal vez lo peor vino con el robo de las pistolas en Francia por parte de ETA, mientras no se demuestre lo contrario. Es absolutamente incomprensible que ETA haga esto, siete meses después del alto el fuego y tres años y medio después de la decisión fáctica de no matar a ningún ciudadano más. ¿Pero qué entiende ETA por alto el fuego permanente? Había quedado claro en un principio que significaba el cese absoluto de la violencia, o al menos así nos lo hicieron creer. Zapatero había dicho desde el primer momento que el proceso sería duro, largo y difícil. El tercer calificativo me parece el más evidente de todos. ¿Podemos seguir confiando en que la organización terrorista desea de verdad que el proceso culmine positivamente?

Muy difícil, con un primer partido de la oposición que lo obstaculiza permanentemente y con una ETA que incumple las condiciones mínimas, al tiempo que la izquierda abertzale desconoce las reglas tanto jurídicas como del mínimo sentido político. Me imagino que el presidente Zapatero sufrirá deseos de suspender el proceso o de retornar a la situación inicial. Su sentido de la prudencia es el que no debe fallar, para que no tome decisiones precipitadas o que puedan tener unas consecuencias irreversibles. Es lo que está haciendo. Digo yo que precisamente en estos momentos es cuando el presidente del Gobierno necesita el apoyo unánime de la sociedad española y de todas las fuerzas políticas, porque lo que nos jugamos no se lo juega él solito, sino todos los españoles. Y volvemos al principio: en la lucha antiterrorista lo obligado y lo que siempre se había hecho era eso precisamente: todos al lado del Gobierno de forma unánime. Si eso falla y falla la voluntad de ETA, ¿qué nos queda?

Pedro Calvo Hernando.

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