MADRID 21 Feb. (OTR/PRESS) -
Escribía yo el domingo que todos tenían la culpa del fracaso de participación en el referéndum estatutario de Andalucía. Después en el PP han insistido demasiado en culpar al Gobierno y su presidente y exculparse ellos. Una vez más son asombrosamente injustos y corren el riesgo de que haya quien les eche la culpa en exclusiva. Pero las ganas hay que contenerlas, aunque no por ello dejar de señalar que ahora se ve con toda claridad que el sí del PP era con la boca muy, muy pequeña, exclusivamente para no quedar descolgados de las corrientes de la Historia en Andalucía. Este lunes poco les ha faltado para salir diciendo que bueno, que en realidad ellos no estaban con el Estatuto, que es un invento y una ocurrencia más de Zapatero. Les ha faltado el canto de un duro para salirnos por ahí. Es una pena que este partido ande siempre por los mismos predios, en lugar de trabajar por su fiabilidad y por su credibilidad. La misma historia que con el 11-M y las sandeces conspiratorias, refrescadas ahora con el juicio ya en marcha desde la semana pasada.
Y lo mismo con el terrorismo interior, mejor dicho, bastante más, porque ya ven que ahora los dirigentes del PP se apuntan a la nueva manifestación de la AVT, esta vez contra la sentencia del Tribunal Supremo que reducía la pena de Iñaki de Juana a tres años. Una manifestación callejera contra una sentencia del Supremo, diga lo que diga Rajoy en sus patéticas explicaciones de lo inexplicable. He aquí su respeto y su acatamiento a las decisiones de los jueces, que hace tres días todavía lo presentaban como una de sus señas de identidad. Es claro que a los jueces se les acata cuando les dan la razón, circunstancia que en este caso no se daba. Aunque también hay que decir que al fondo subyace lo de siempre: el ataque a Zapatero y su Gobierno, como en la anterior manifestación, esa en la que hubo quien mandaba a Zapatero al paredón con su abuelo y para Pepe Blanco animaba a ETA para que se lo cargara, sin que nadie se haya conmovido en el partido por semejantes fruslerías. ¿Qué nos tendrán reservado para mañana?
Pedro Calvo Hernando.