Actualizado 10/12/2011 13:00

Rafael Torres.- Al margen.- Un banco malo.

MADRID 10 Dic. (OTR/PRESS) -

Mariano Rajoy, seguramente a instancias de los banqueros, se propone crear un "banco malo". ¿Un banco malo? Pero, ¿hay alguno bueno? Porque un banco puede ser muchas cosas, pequeño, grande, mediano, solvente, insolvente, moderno, anticuado, atrevido, prudente... Pero bueno, lo que se dice bueno, nunca podrá ser un banco. Y éste del señor Rajoy, concretamente, tiene toda la pinta de ser particularmente malísimo, lo cual, por muy extraño que parezca, es lo que el incipiente gobierno y los banqueros con los que hace tan buenas migas pretenden.

Se ha dado en llamar "banco malo", haciendo abstracción de lo malo que son todos, a aquél cuya función es la de servir de cloaca, de retrete, para la excrecencias o "activos tóxicos" de los demás, a fin de que éstos, soltado ese lastre mefítico, respiren aliviados y vuelvan a gozar de tranquilos, abundantes y saneados beneficios. Los "activos tóxicos", innecesario es decirlo, son sobre todo aquellos relacionados con el estallido de la burbuja inmobiliaria y sus rastro de inversiones y créditos de imposible recuperación. Hasta aquí, todo muy bonito, sobre todo para los bancos, que de ese modo eluden las consecuencias de sus gravísimas culpas en relación a la crisis actual, pero a partir de aquí, todo es aún más bonito..., para los bancos también, desde luego: ese banco malo lo "compraría" el Estado, o sea, que nos venderían a los españoles esa desbordante fosa séptica, que pagaríamos con títulos de la Deuda Pública. De ese modo, los bancos cambiarían sus créditos de imposible cobro por bonos y letras del Tesoro, que se cobran siempre. Los ciudadanos, al emitir y vender más Deuda, nos endeudaríamos más si cabe, mientras que los bancos dispondrían, en su renovada condición de potentes acreedores del Estado, de un arma formidable para influir en la política, por no decir para dictarla a tenor de sus intereses.

A semejante cosa es a lo que anda dando vueltas el Señor de las Mayorías Absolutas: un banco malo. Lo que faltaba. Otro.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Antonio Casado

La sentencia

Foto del autor

Francisco Muro de Iscar

De escándalo en escándalo hasta la traca final

Foto del autor

Rafael Torres

Kafka al fondo

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sexo en el Congreso de los Diputados