MADRID 11 May. (OTR/PRESS) -
Cuando el Partido Popular por boca de Angel Acebes, arremete contra el Juez Miguel Angel Torres, por la forma en que llevó a cabo la detención de la Pantoja, se están retratando. Están demostrando que les interesa más el rédito político que puedan sacar atacando al PSOE, que apoyar la investigación que se está llevando a cabo sobre la trama del "Caso Malaya" -que no hay que olvidar implica a quiénes han gobernado durante diez años el Ayuntamiento de Marbella, pero también a una clase empresarial que no tuvo escrúpulos a la hora de pagar altísimas comisiones con tal de obtener licencias a todas luces ilegales-. Una estrategia electoral que puede poner en graves aprietos a su candidata María Angeles Muñoz, ya que será ella la que tendrá que explicar a los electores marbellíes por qué han organizado tanta escandalera por el tema Pantoja, y ni una palabra por el resto de los imputados.
Hasta donde me alcanza la memoria, el Partido Popular no denunció ante la justicia las tropelías que estaban cometiendo Gil y los suyos, tampoco el PSOE, sólo Isabel García Marcos tuvo los arrestos suficientes para enfrentarse a Gil, cuando hacerlo implicaba un grave riesgo ya que los métodos que este utilizaban contra quiénes se oponían a su forma de gobernar, eran del más puro estilo siciliano. Lo realmente llamativo es que esta misma persona, este imputada ahora por el juez Torres, por el mismo delito que denunció. ¡Maldito parné!
En cuanto a Isabel Pantoja, que sea una cantante famosa no la exime de sus obligaciones como ciudadana que es. Blanquear dinero y no pagar al fisco, no es algo que ningún político medianamente serio pueda aplaudir. Tampoco se puede comparar el caso Pantoja con el caso Lola Flores. El pecado de Lola, fue pensar que por ser quién era no tenía que cumplir con sus obligaciones fiscales. El escarmiento fue desmedido pero coincidió con una campaña que pretendía concienciar a la gente de que "Hacienda éramos todos", en un momento en que casi nadie declaraba.
La detención e imputación de Pantoja no es un tema baladí, si se demuestra que efectivamente blanqueó parte del dinero que presuntamente obtuvo Julían Muñoz, durante el tiempo que estuvo al frente del Ayuntamiento marbellí. Alegar en defensa de la tonadillera que esta no sabía nada de números ni de dineros, me parece una tomadura de pelo. Cualquiera sabe que un enriquecimiento tan aparatoso no se consigue con el sueldo de alcalde. Todavía son muchas las personas que recordamos un rifi rafe entre Gil y Muñoz, en el que se acusaban mutuamente de cómo se habían llevado el dinero.
Por aquella época, ya vivía Isabel con Muñoz, de manera que no puede decir que no sabía nada sobre el particular. Dicho esto, tampoco es lógico el acoso a que está siendo sometida, pero me pregunto qué dirían los mismos que critican a los medios por perseguirla, si no se les tuviera al tanto de cuanto ocurre en el entorno de la tonadillera. Seguramente que era una privilegiada o que alguien la estaba protegiendo, pues bien, ni una cosa ni otra. La ultima palabra de esta fea historia no la tienen ni sus admiradores ni sus detractores, la tiene un juez que será el que tenga que demostrar si es culpable o inocente, a la vista de las pruebas que obren en su poder. Mientras eso ocurre, seria bueno que los políticos no entrasen en esta batalla judicial como burro en cacharrería.
Rosa Villacastín.