MADRID 30 Ago. (OTR/PRESS) -
Parece que la eurodiputada socialista Rosa Díez ya ha tomado la decisión de buscar una nueva ubicación política donde, sin lugar a dudas, se sentirá más cómoda. Su salida de un partido donde ha militado tantos años era una noticia anunciada. Desde hacía muchos meses no se recataba en sus críticas a la política antiterrorista del Gobierno y más en concreto al fracasado intento por lograr el fin de la violencia. Pese a sus declaraciones, algunas muy fuertes contra Zapatero, en el PSOE se marcó la estrategia de guardar silencio y esperar a que ella misma tomara la decisión de marcharse. Así es que, en Ferraz, deben estar batiendo palmas con las manos huecas para no hacer eco.
Pese a que ella confesaba a sus cercanos que se sentía acosada por la actual dirección socialista, y en concreto culpaba a Pepe Blanco de haber sido apartada de comisiones relevantes del Parlamento Europeo, los amigos que le quedaban en el PSOE tenían dificultades para defender su obstinación en seguir ocupando un escaño por el partido en Europa.
Está muy poco extendida entre la clase política la idea de que, cuando se pierde la afinidad ideológica con la formación en la que se milita, es mucho más saludable, personal y éticamente, cambiar de partido y defender con convicción desde otras siglas las ideas propias.
El coste es que hay que abandonar el escaño o el cargo y ahí parece estar la principal dificultad. Entonces lo coherente es marcharse antes de ser "acosado" (la maquinaria de los partidos suele ser implacable) o convertirse en "crítico" desde dentro de la formación pero guardando las formas de puertas para fuera. Ejemplos hay en todos los partidos de gente que se fue porque discrepaba pero no se llevó el escaño. Es verdad que son escasos.
Por otra parte a Rosa Díez, una mujer inteligente, ambiciosa y valiente, no se le ocultaba que perdidas dos posibilidades de conseguir un puesto clave; primero ser candidata a lehendakari (fue derrotada por Nicolás Redondo Terreros) y después a dirigir el PSOE (fue derrotada por Zapatero) le quedaban pocas posibilidades de crecer en el partido.
En fin, que si la semana próxima se convierte en cabeza de cártel de "Basta Ya", habrá dado el paso que tenía que haberse atrevido a dar antes y cada cual estará en su sitio.
VICTORIA LAFORA