Victoria Lafora.- Deslices

MADRID 2 Mar. (OTR/PRESS) -

Decir que Gabriel Elorriaga cometió un desliz, al reconocer ante el Financial Times que buscan la abstención, de los exquisitos y los volátiles votantes del PSOE, metiendo miedo con la economía y la inmigración, es muy benevolente. Lo sé.

Pero puedo encontrar varias razones. Primera: que Elorriaga, que tiene un punto de soberbia, supusiera que la periodista, de habla inglesa, no se enteraba de la misa la mitad y descuidara su pulido castellano. Hay periodistas señor Elorriaga que, aunque le parezca mentira, hablan varios idiomas. Hay que tener más cuidado.

Segunda: que, convencido de que todos los del oficio han firmado la carta de apoyo a su partido, incluidos los ingleses, se relajara y desvelara estrategias de campaña.

Tienen que tener cuidado los políticos porque todavía quedan periodistas que no firman cartas para que cambie ningún gobierno, sea del signo que sea, que no tiene carné de ningún partido y que en una entrevista tiene la buena costumbre de reproducir lo que les dicen. Son los peligrosos.

Esos que cuentan que Felipe González ha decidido soltarse el pelo esta campaña electoral y, lo que no se permitió como candidato, se lo permite ahora que va de telonero: insultar. Ni Rajoy tiene fideos en la boca ni es un imbécil. Así que menos mal que rectificó, aunque fuera a regañadientes.

Otra que tuvo que hacerlo y a todo correr fue Ana Mato, la número tres de la lista del PP por Madrid, que ha venido de Bruselas más sobrada de lo que se fue y que habla con una contundencia pontificia. Sin cortarse un pelo y en una emisora de radio (encima no podía decir que la habían manipulado) declaró que todos los niños andaluces eran medio analfabetos.¡Ahí es nada! Le debió llamar Javier Arenas cargado de justa ira recordándole cual eran los límites de su circunscripción electoral para que, a partir de ahora, se ciñera a comentar el nivel educativo de los niños de Chinchón, que dependen de Esperanza Aguirre y están educados que es un primor.

Bueno, pues toda esta sarta de deslices, por llamarlos de alguna forma piadosa, es lo que deben evitar mañana los dos candidatos que se enfrentan a su segundo y último debate televisivo y que promete audiencias millonarias. En el primero nos enteramos de todo lo que ambos habían hecho mal hasta ahora. Vamos a ver, si con un poco de suerte, el lunes nos cuentan las razones por las que merece la pena votarles e ilusionan a la ciudadanía para que vaya masivamente a las urnas. Que es lo más importante.

Victoria Lafora