MADRID 28 Oct. (OTR/PRESS) -
Muchos detalles parecen indicar que el Gobierno está menos optimista con respecto al final definitivo "que será largo y difícil" de la banda terrorista ETA. Naturalmente, no se va a reconocer públicamente en ningún momento -al menos de forma inmediata- se va a dar marcha atrás en el camino del proceso iniciado con más vocación que base, desde mi particular punto de vista. Hacerlo, reconocer que tras las ultimas actuaciones de la banda y su entorno hacen imposible seguir con el dialogo, sería tanto como dar la razón al PP y eso no va a pasar. Pero la realidad es terca y la percepción del ciudadano es: que aumentan los disturbios callejeros, que se roban centenares de pistolas y que la gente con la que quiere dialogar el Gobierno es la que organiza esas demostraciones bárbaras en la Audiencia Nacional. Esto a simple vista, sin entrar en detalles de las reivindicaciones de Navarra, autodeterminación etc. El Gobierno, pues, tiene dos problemas y graves: el proceso no cuaja ni dentro de ETA ni en la ciudadanía que, en general, está claramente en contra.
¿Pero por qué no unas negociaciones que al parecer estaban ya previstas desde hace tiempo toman ahora un rumbo tan equívoco? ¿Cómo es posible que si ETA de verdad está interesada en el alto al fuego y en creación de mesas políticas para el dialogo se dedique a dar los espectáculos que dan sus presos amenazando a jueces y coceando los cristales de la Audiencia? ¿Cómo es posible que un día antes de lo de Europa roben 350 pistolas? ¿Y cómo un día después queman una sede del PSE?
Estas son las preguntas que había que contestar y sólo encuentro dos respuestas: o ETA quiere reventar el proceso o lo interlocutores de los enviados del Gobierno han perdido peso y mando en la organización terrorista. Estoy seguro que el presidente sabe mucho mejor que yo lo que pasa pero es urgente que nos lo explique y tome las medidas que considere oportunas. Si es ETA la responsable de todo esto, resulta grotesco hablara de negociación. Si es una parte de ETA, el sector duro, el llamado proceso de paz está condenado al fracaso porque se volvería a repetir el caso de los poli-milis: se integraría a un sector de ETA pero el terrorismo continuaría como ocurrió en aquello años.
Lo que no podemos es instalarnos en la ambigüedad, en la mentira o en sostenerla y no enmendar la plana en la que al final empiezan a salir demasiados borrones. Hay demasiados muertos detrás para andarnos con disimulos y parapetándonos siempre en la frase que entrecomillaba al principio: "el proceso será largo y difícil". Bien. Pero también es posible que el proceso tenga que finalizado una vez mas porque en ETA no están por la labor. No pasaría nada: ZP habrá cumplido con su deber de intentarlo como González o Aznar y como Aznar y González no pudo llegar a buen fin porque los terroristas, sencillamente, no quieren.
No digo yo que esto sea lo que esté pasando. Pero si por casualidad se trata de algo así, es mejor contar la verdad que andar con paños calientes que terminan abrasando las manos de quienes los manipulan demasiado.
Andrés Aberasturi.