Publicado 14/10/2025 08:00

Antonio Casado.- El plantón de Sánchez

MADRID 14 Oct. (OTR/PRESS) -

Si el presidente se sala a la torera su obligación de someterse a las institucionalizadas sesiones de control parlamentario, donde responde lo que le da la gana a las preguntas de la oposición, sin ajustarse a lo que se le pregunta, a nadie podía extrañar que hiciera lo mismo con los periodistas que, año tras año, forman los famosos "corrillos" de la recepción del 12 de octubre en el Palacio de Oriente, con sed de emociones fuertes en forma de titular para cubrir el expediente de la jornada.

Peor, todavía. Este año ni siquiera tuvo que recurrir a las consabidas herramientas de un buen dialéctico para perderse por los cerros de Úbeda. Simplemente, se dio a la fuga inmediatamente después de encabezar la interminable cola de invitados que saludas a los miembros de la Familia Real en el tradicional besamanos de la Fiesta Nacional.

Ajo y agua, señores. El plantón era previsible. De hecho, en la tribuna de autoridades del previo desfile militar ya había estado huidizo, poco comunicativo y más pendiente del teléfono móvil que de la coreografía castrense. No me extraña. La espantada revela, al menos, que es consciente de la que se le viene encima en la semana negra de José Luis Abalos y Koldo García, que son parte fundacional en la irresistible ascensión del sanchismo al poder.

Pues eso, que Koldo y Ábalos tienen cita con el Tribunal Supremo esta semana y no es descartable su encarcelamiento si el juez entiende que la prisión preventiva viene al caso por la gravedad de los delitos, la posibilidad de destruir pruebas o el peligro de fuga.

Se entiende el plantón de Sánchez a los periodistas (y al Rey, pues es de cortesía no irse antes de que lo hagan los anfitriones). Está atrapado por sus apremios electorales y judiciales. A ninguna de esas urgencias le venía bien la distancia corta con los medios de comunicación que, al fin y al cabo, son un brazo de la sociedad en el control al Ejecutivo, del mismo modo que el Parlamento es el brazo del Estado para la misma función.

Los ministros también hicieron mutis por el foro, excepto Óscar Puente, que se quedó para decirnos con media sonrisa que la ausencia del presidente se debía a su irreprimible deseo de comer en familia. Sépase que su esposa, Begoña Gómez no le acompañó a la recepción, que no se sirvió chistorra en los canapés, que en los márgenes de las celebraciones de la Fiesta Nacional volvieron a sonar los aplausos a los Reyes y los abucheos a Sanchez... Y, en fin, que los periodistas tuvimos que conformarnos con el sermón de Núñez Feijóo, que sigue matriculado en un máster sobre la cuenta atrás del sanchismo, aunque no eludió la reciente pedrada parlamentaria de Sánchez: ¡Ánimo, Alberto!". El líder del PP dijo sentirse más animado que nunca porque "mi esposa, mi hermana y mi número dos no están en la cárcel ni empapelados por un juez"

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