MADRID 17 Abr. (OTR/PRESS) -
El conocido como "El Chino", el islamista que pasa por ser uno de los máximos responsables de la matanza terrorista del 11-M y desaparecido en el suicidio colectivo de Leganés, acumuló suficientes multas e incidentes con la Guardia Civil antes del día de la infamia como para que hubiera estado controlado o a buen recaudo judicial. A Jamal Ahmidan, "El Chino", se le averió el BMW semiblindado que conducía en la A-1 camino de Madrid en diciembre de 2003 y a pesar de portar tres cuchillos de grandes dimensiones, una maza artesana "de las que hacen daño", un fajo de billetes de 50 euros del grosor de un dedo, dos maletas de ropa con camisas robadas en el Corte Inglés que aún llevaban adheridos los sistemas de detección en caso de hurto, y documentación falsa, no se le detuvo. Pero es que hay más. Los mismos agentes de la Benemérita que observaron el vehículo llamativo en el que viajaba y la "mercancía" antes descrita, reconocen ante el tribunal que juzga los atentados terroristas, que "El Chino" les mintió al identificarse con una documentación falsa de nacionalidad belga y negar que aquella misma mañana fuera él quien se dirigía hacia el norte cuando los agentes pararon el trafico con el fin de permitir el paso de un cortejo fúnebre y le vieron. Aún así, es sorprendente e incomprensible que un sujeto extranjero, "nervioso y con una actitud chulesca", que incluso llamó "racistas" y amenazó con un "os vais a enterar" a la pareja de la Guardia Civil, se le dejara seguir viaje con su sospechoso vehículo averiado a bordo de una grúa con dirección a Vallecas o Lavapiés, que en esto no se pusieron de acuerdo los beneméritos funcionarios. Cabe preguntarse por qué no fue detenido. La respuesta que los agentes dieron al presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, cuando les interpeló al respecto, no deja lugar a dudas sobre la laxitud dispensada a tan dudoso ciudadano: "no procedía porque no era la hora adecuada para hacer las diligencias oportunas".
No procedió detenerle aquel día ni tampoco dos meses después, el 29 de febrero de 2004, cuando regresaba de Asturias, con el coche supuestamente cargado de explosivos ,y también fue parado por la Guardia Civil. Entonces le multaron por exceso de velocidad . Es evidente que tampoco procedió interesarse por los antecedentes policiales del infractor que en los meses previos a la masacre se encontró tres veces con la Benemérita y tuvo un incidente de tráfico en la M-40 de Madrid, con un automovilista que no ha podido comparecer como testigo en el juicio por no encontrarse ya entre nosotros. Lo de "El Chino" es otro aspecto mas de la supuesta fatalidad que entremezclada con algunas dosis de aparente desidia o negligencia de las fuerzas de seguridad, converge sobre los hechos terribles del 11 M y que lleva a la descorazonadora e inquietante pregunta de si podrían haberse evitado.
Antonio Jiménez.