Actualizado 06/01/2009 01:00

Antonio Pérez Henares.- Un año de cambios

MADRID 6 Ene. (OTR/PRESS) -

La palabra cambio ha sido profundamente devaluada por la política. Pero si algo va a ser el 2009 es un año de profundos cambios en la sociedad española. De percepción, de realidad y de hábitos.

La sociedad española ha vivido en la idea fija, y nadie ha osado decirle nada en contrario, de que todo iba a ir, obligatoria e inexorablemente, a mejor. Cada vez más ricos, cada vez más consumo, cada vez más bienestar e, incluso, cada vez menos esfuerzo, cada vez más lejana la idea del sacrificio y del sudor. En lo individual, pero aún más en lo colectivo, estamos sumidos y hemos interiorizado en lo más profundo esa vieja y corrosiva imagen, de que lo publico, sea Estado, Comunidad, Municipio, han de proveer a imagen de Divina Providencia para todos y cada uno. Es la visión de lo público como pozo inagotable del que se extraen recursos y que esta ahí para que nos solucione- porque ahí se llega más allá de que nos ayude o ampare- nuestra vida y sus circunstancias.

Ese mensaje se lleva repitiendo, bien sea consciente o inconscientemente, por parte de los líderes políticos sin excepción desde que uno tiene uso de razón. Y en este momento de crisis es lo que se continua trasmitiendo. Peor error no puede cometerse.

Porque es el momento exacto de lo contrario. Estamos yendo a peor. Estamos retrocediendo. Y o somos bien conscientes y nos ponemos manos a la obra o lejos de desaparecer el problema, iremos cada vez más abajo y más atrás. El futuro no está garantizado . Tiene, y debemos aplicarnos a ello, la mejor garantía en nuestro en nuestro trabajo y nuestro esfuerzo. Es llegada inexorablemente de comprenderlo y dejar de fiar la cuestión a promesas de mitin con peaje de urna.

Nuestra percepción va a cambiar. A la fuerza y con las bofetadas de la realidad. La realidad ya es otra muy diferente. Lo notemos ahora más o menos. Pero puede, estoy convencido de ello, que existe un elemento positivo en esta cura que puede ser dolorosa, pero quizás sea necesaria. El despilfarro no era y no puede ser jamás el camino. Ni el pelotazo la forma de hacer país y crear riqueza. Volver a las viejas ecuaciones de honradez, esfuerzo y precio justo de las cosas es la mejor, más antigua y contrastada medicina. Claro, que resulta de entrada, un poco amarga. Pero cura.

Antonio Pérez Henares.

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