Actualizado 02/03/2011 13:00

Carlos Carnicero.- 110 por hora no es ni mucho ni poco.

MADRID 2 Mar. (OTR/PRESS) -

No hay una explicación razonable, sino la terrible sensación de que hay todo un catálogo de restricciones y prohibiciones dispuestas para ser aplicadas por un criterio caprichoso y ajeno a consideraciones estratégicas. Se improvisa y se sorprende. Pero no se vislumbra ninguna hoja de ruta, como se dice ahora cuando se supone que hay un punto de destino.

Es cierto que hay que ahorrar energía, pero a quién, cuándo y por qué se ocurrió que ciento diez kilómetros por hora es la velocidad adecuada. Como la improvisación es hija de la propaganda, a las virtudes del ahorro energético se le suman la salvación de vidas humanas y la menor contaminación del planeta. Y, ¿por qué no la lucha contra el estrés?.

La medida se podría haber sostenido si no se le hubiera querido sacar todo el jugo a una naranja de por sí seca: si las bondades tienen que ver con al ahorro de vidas humanas, ¿por qué no se establece para siempre esa velocidad límite? Y, ¿por qué no, cien kilómetros por hora o noventa?

La falta de credibilidad de los dirigentes políticos lleva aparejada la perplejidad ante cada nueva medida que se avisa de improviso, ajena a un marco de estrategia para atacar las raíz de los problemas y con bondades añadidas como si fueran curalotodos.

La política se termina por constituir en propaganda pura y cada vez da más la sensación de que los gobernantes son como los viejos vendedores ambulantes, que empezaban por querer vender un par de medias y al final la oferta contenía invariablemente un peine, un frasco de colonia y un quitamanchas. Mucho más que dos por uno.

La cosa no está para juegos malabares y quienes tienen la responsabilidad de gobernar y también quienes obstruyen desde la oposición debieran estar atentos al entrecejo de los ciudadanos que ven la inflación en el 3,6 por ciento, los créditos hipotecarios al alza y la economía estancada. Aquí, más que ahorrar combustible, se tiene la sensación de que de un momento a otro se va a prohibir la circulación.

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