MADRID 26 Oct. (OTR/PRESS) -
Las bolsas del mundo están de infarto. En realidad, todos los mercados: de divisas, de materias primas o de acciones. La volatilidad es extrema y nadie ve un suelo claro ni a corto plazo. Hemos visto desconfianza, miedo a la recesión y ahora pánico al contagio a otras zonas del mundo. El último susto ha venido de Argentina. Pero, más que el hecho en sí, la barbaridad cometida por el gobierno argentino al decidir nacionalizar los fondos privados de pensiones, lo que está descontando el mercado es el contagio a otras zonas incluido Brasil o Méjico.
Las pérdidas acumuladas rozan el 50 por ciento en general para el principal índice de la Bolsa de Madrid. Sin embargo, hay valores como BBVA o Santander que ya han superado esos niveles no vistos desde 2004. Realmente, la situación es alarmante. Es mal momento para salir y es peor para entrar. Quizás hace unos días aún podía recomendarse, con mucha cautela y sin ninguna prisa en el tiempo, comprar algunos valores situados en niveles muy bajos. Hoy, ya no hay nadie que se atreva a recomendar ni eso. El suelo no está claro. No hay ni sectores ni valores refugio. Ya ni el precio del oro se puede considerar como consuelo.
Algunos analistas querrían perderse y volver en otro momento. No hay recomendaciones con la más mínima posibilidad de acierto. Habría que tener mucha sangre fría para entrar en estos niveles. Desde luego ninguna prisa y hablamos de años. Pero, no hay narices. Lo mejor es estar quieto, intentar guardar la calma y esperar a ver qué pasa en los próximos días o semanas. Vamos a ver lo que dan de si las reuniones multilaterales previstas para buscar soluciones a la crisis financiera y si se recupera algo la confianza. Está difícil, pero habrá que tener esperanzas. Es lo único que nos queda.
Carmen Tomás.