MADRID 8 Feb. (OTR/PRESS) -
Republicanos y demócratas norteamericanos parecen haber llegado a un consenso sobre el plan Obama para inyectar dinero en la economía. En total, casi 800.000 millones de dólares, de los cuales algo más del 40 por ciento será para recortes de impuestos y el resto para gasto público. Las bolsas del mundo esperan como agua de mayo este plan anticrisis. De hecho, sólo el preacuerdo logró que los inversores olvidaran las peores cifras de paro en muchos años. La tasa de desempleo en Estados Unidos se fue en enero hasta el 7,6 por ciento, la peor cifra desde 1992. El año pasado se destruyeron 2,6 millones de empleos, casi dos millones en el último cuatrimestre.
En España y después de varios tanteos, el IBEX logró cerrar la semana con un avance del 1,1 por ciento hasta los 8.544 puntos. En todo caso, durante toda la semana los reyes fueron la volatilidad y el escaso volumen de negocio. La pregunta a estas alturas sigue siendo la misma: ¿el IBEX ha hecho suelo? La respuesta no es fácil. Los analistas en su mayoría se inclinan por creer que no ha llegado ese suelo desde el que recobrar la confianza e iniciar una escalada. Muchos piensan que aún está por ver lo peor y de ahí que un día tras otro recomienden prudencia. No hay por supuesto bola de cristal, pero la bolsa podría irse a los mínimos del año pasado.
Ojalá se pudiera decir que lo peor ha pasado. Pero no es así de ninguna manera. La economía real aún va a darnos días para la preocupación. La morosidad bancaria aumenta de forma exponencial, el paro no nos dejará ni un hueco a la esperanza por más que se empeñe el gobierno en hacernos creer que el plan de inversión local conseguirá algo.
Y qué decir del crecimiento económico. Cada previsión es peor y no se ve dónde puede estar el suelo de la caída. No hay reformas en ningún mercado y menos medidas que vayan dirigidas al cambio de modelo aún cuando sus resultados no se vean en el corto plazo. El gobierno está paralizado. Algunos ministros huidos o montando broncas innecesarias o buscando chivos expiatorios a los que colar la culpa de la crisis. Un panorama que no es precisamente el que puede llevar cierta tranquilidad a los inversores. El martes en el Congreso habrá comparecencia de Zapatero. Veremos si hay un cambio de actitud y medidas acorde con la situación de cuasi depresión que vivimos.
Carmen Tomás