Actualizado 05/05/2009 14:00

Cayetano González.- Llegó el cambio al País Vasco.

MADRID 5 May. (OTR/PRESS) -

Cuando bien entrada la noche de hoy martes, la presidenta del Parlamento Vasco, Arancha Quiroga, proclame que el candidato del PSE, Patxi López, ha resultado elegido lehendakari gracias a los votos de su partido, del PP y del único diputado de UPyD, algo realmente histórico estará comenzando a suceder en el País Vasco. Durante casi treinta años -desde 1980- Euskadi ha estado gobernada por el PNV, que en algunas ocasiones se ha apoyado para hacerlo en ejecutivos de coalición con los propios socialistas o, como es el caso de los nefastos diez últimos años de Ibarretxe, en partidos tan dispares como EA e IU que por otra parte han resultado fagocitados en las últimas elecciones vascas.

Han sido treinta años en los que el balance que puede presentar el PNV es francamente pobre. En lugar de cohesionar a la sociedad vasca, la ha dividido profundamente en dos mitades casi irreconciliables: la nacionalista y la no nacionalista. Su contribución para acabar con el terrorismo de ETA no es que haya sido escasa, es que sencillamente no ha existido. La equidistancia que en muchas ocasiones ha establecido el PNV y específicamente Ibarretxe entre las víctimas y los verdugos ha resultado inmoral y escandalosa. La falta de lealtad hacia la democracia española y hacia las reglas del juego -Constitución y Estatuto de Gernika- de las que esta se dotó en la transición política ha sido clamorosa.

A corregir y enderezar todo esto y mucho mas, son algunos de los importantes retos a los que se enfrenta el nuevo lehendakari López. No hace falta ser un experto en la cuestión vasca para decir que no lo va a tener nada fácil. Y seguramente él será muy consciente de ello. El PNV no ha aceptado nada bien ser desalojado del poder, mucho mas después de haber ido creando una tupida red de intereses e influencias en estas tres décadas que llegaba prácticamente hasta el último recoveco de la sociedad vasca.

Pero los vascos -es de esperar que Patxi López no caiga en esa ridiculez de su antecesor de decir siempre lo de "vascos y vascas"- se merecen ser gobernados de otra forma. Se merecen un Gobierno que ponga por delante su bienestar, que no les discrimine en razón de su ideología o de su procedencia; un Gobierno que luche con todos los medios a su alcance -y ahí está la Ertzantza para ello- para acabar cuanto antes con esa pesadilla que ha sido y sigue siendo ETA. Un Gobierno, en definitiva, que tenga como objetivo prioritario la recuperación para todos los ciudadanos vascos de ese bien tan preciado que es la libertad y de la que una buena parte de ellos han carecido con el PNV en el poder. El intento para lograr todo lo anterior merece la pena. Por eso, desear suerte y acierto al nuevo lehendakari no es sólo deseársela a Patxi López, sino a todos los vascos de bien, que son la inmensa mayoría, y a todos los españoles que queremos también que el País Vasco salga adelante dentro de ese proyecto común que se llama España.

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