MADRID 14 Dic. (OTR/PRESS) -
El presidente Rodríguez Zapatero tiene a gala cumplir sus promesas electorales, y eso es algo que está muy bien porque los programas electorales son una especie de contrato con los ciudadanos. Pero a los partidos que no esperan ganar (y digan lo que digan ahora los socialistas ni soñaban con ganar las elecciones de 2004) es fácil que se les vaya la mano y prometan cosas que a veces simplemente no pueden cumplir y otras sería mejor que no cumpliesen porque atentan contra el bien común o perturban innecesariamente la convivencia, como es el caso, en mi opinión, de la Ley de Memoria Histórica que hoy llega al Congreso
En los veintiocho años que llevamos de democracia no recuerdo un debate que haya producido a la sociedad mayor desazón y tristeza que este, el sectarismo que lo inspira resulta fantasmal, de túnel del tiempo, y lo que es peor, guerracivilista; porque aunque al Gobierno le escueza tanto esta palabra que tacha de facha irredento y nostálgico de la dictadura franquista a quien se atreve a emplearla, ya me dirán ustedes qué es que "la derecha" y "la izquierda" rivalicen en desenterrar y tirarse a la cara los muertos - en realidad la mitad de los muertos - de aquella locura fratricida que fue "Nuestra Guerra" en los dos bandos. ¿"Nacionales" y "rojos" otra vez*? ¿Qué exagero? Pues, lo siento muchísimo pero creo ese es exactamente el demonio que evoca esta ley insensata que encima a nadie satisface, peguen el oído a la calle, escuchen a los supervivientes de ambos bandos, que aun los hay, o a sus familias, sigan, si tienen estómago, la desoladora "guerra de las esquelas" que se está librando en la prensa y díganme, por favor, que es lo que les recuerda este desafuero, cómo le llamamos a "esto"
Me parece que no habría habido grandes manifestaciones de ciudadanos si esta Ley hubiera corrido la suerte, no sé, de la desmilitarización de la Guardia Civil por ejemplo, que también fue una promesa electoral de Zapatero formalizada de viva voz durante la campaña de 2004, curiosamente, por el mismo miembro de su "círculo intimo" que esta Ley de Memoria Histórica, el actual ministro de Trabajo Jesús Caldera, ¡que ya es puntería! En la "desmilitarización del Cuerpo", felizmente, hubo reconocimiento de error y marcha atrás a tiempo. Con "la Memoria" - en mi opinión, el peor lío innecesario en que nos ha metido innecesariamente Zapatero en lo que llevamos de Legislatura - solo estúpido empecinamiento, daño para la convivencia, sal en la peor de nuestras heridas, más dolor.
Consuelo Sánchez-Vicente.